Rodríguez Zapatero defendió esa propuesta ante el Comité Federal del PSOE, el máximo órgano de dirección del partido entre congresos, en una intervención abierta a los medios de comunicación a la que sigue un debate a puerta cerrada.

“En épocas de dificultades a veces hay que elegir caminos difícles”, reconoció ante los dirigentes socialistas, pero esa elección comprometida con el futuro del país “forma parte de nuestro carácter”. “Os pido tenacidad, confianza, sensibilidad social y compromiso profundo con nuestros valores, y seguridad de que el rumbo que hemos puesto para responder a la dura crisis económica es el adecuado”, les dijo.

Rodríguez Zapatero juzgó “razonable” aumentar la edad de jubilación a la vista de la evolución de la esperanza de vida, y defendió que abrir ese debate es necesario para el futuro del país, y es “lógico” que lo lidere “con transparencia” quien tiene la responsabilidad de gobernar y además ha demostrado el mayor compromiso con las prestaciones sociales.

En todo caso, subrayó que son propuestas “para el diálogo” y para buscar el acuerdo en el Parlamento y con los agentes sociales, por lo que el Gobierno está “abierto” a las sugerencias, y suscitó los aplausos del Comité Federal cuando subrayó que para el Gobierno sería “más cómodo” no hacer nada, pero “no es nuestra forma de ser”, dejar el problema para quien gestione el país en 2020 o 2030.

El presidente quiso salir al paso de las críticas dejando claro que esas propuestas parten de quien a lo largo de la historia reciente ha demostrado “más aprecio” al sistema, porque lo puso en marcha, ha inyectado 62.000 millones de euros en el fondo de reserva de la Seguridad Social, ha incrementado las pensiones más bajas hasta un 32% y pretende seguir subiéndolas.

Rodríguez Zapatero anunció, además, que el viernes después del Consejo de Ministros el Gobierno presentará sus propuestas para la reforma laboral dentro del diálogo social, con el objetivo de combatir el exceso de temporalidad e impulsar el empleo para los jóvenes y para los trabajadores menos cualificados, pero manteniendo el equilibrio de las relaciones laborales.

Por ello, se mostró “en contra” de la tesis según la cual la bondad de una reforma laboral se mide en función de la merma de los derechos de los trabajadores, “sería la única reforma que no sería buena y esa es la reforma que no se hará”, garantizó.

El presidente reconoció ante los dirigentes de su partido que la tendencia del empleo es “la más difícil de invertir” y su crecimiento será lo más complicado de recuperar “cuando iniciemos, que estamos a punto”, la recuperación económica.

Aunque los próximos meses serán “menos” difíciles que los inmediatamente anteriores, el presidente reconoció que aún son necesarios “esfuerzos, sacrificios” para asegurar que el crecimiento será más sólido y sobre un modelo distinto.

Por eso, “cuando aún no se aprecia una mejora en la realidad social”, es necesario un mensaje de confianza en el rumbo marcado, es necesario “que tengamos voluntad para perserverar, el temple necesario en la tarea”, y “explicar lo que hacemos y por qué lo hacemos”, tanto a los ciudadanos como a los agentes sociales y económicos.

Por su parte, aseguró “plena confianza en el rumbo elegido, en la capacidad de este país y en la recuperación económica”. “Vamos a superar esta crisis como superamos otras en el pasado, y daremos un nuevo paso adelante en la modernización del país como lo supimos dar en el pasado, y lo haremos sin menoscabo de la protección social”.

Rodríguez Zapatero defendió las medidas emprendidas desde el Gobierno, desde las de apoyo al sector financiero, “que no han costado hasta ahora ni un euro al contribuyente de nuestro país”, hasta las contenidas en el PlanE, porque “gracias a esta reacción hemos podido preservar la cohesión social en medio de una fuerte tormenta”.

Reiteró la tesis de que la gestión de las cuentas públicas de la pasada legislatura ha permitido desplegar esas políticas, y que ahora, para garantizar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y reducir el déficit hasta el 3% del PIB en 2013, hay que aplicar un plan de austeridad que “comporta esfuerzos y algunos sacrificios” de todas las administraciones en una “tarea colectiva” por el futuro del país.

Garantizó que no afectará a prestaciones sociales ni a la ayuda al desarrollo, un ámbito en el que España seguirá “dando la talla” como muestran los 140 millones de euros para Haití tras el terremoto.