Además, más de 226.000 han tenido que abandonar sus hogares porque no pueden vivir en él, según datos aportados por Ayuda en Acción, quien solicita la colaboración ciudadana para continuar el reparto de alimentos básicos, mantas, kits de higiene y tratamientos potabilizadores de agua entre la población afectada.

Esta ONG alerta de que en los campamentos que acogen a la población desplazada empiezan a registrarse casos de malaria y diarrea. Hay escasez de alimentos, y los kits de cereales contra la malnutrición destinados a menores de cinco años son insuficientes.

En total, el número de personas afectadas en ambos países gira en torno a las 800.000, cifra que aumenta a medida que se evalúa la dimensión de la emergencia y de los daños que las inundaciones han causado.

La temporada de lluvias en estos países se extiende hasta marzo, lo que incrementa el temor de que la situación afecte a más comunidades y a las ya debilitadas infraestructuras que no han quedado destruidas en las últimas semanas.