“Esta sentencia es una victoria para las víctimas y demuestra que el sistema judicial en Guatemala, cuando no se producen interferencias políticas, es capaz de juzgar las peores violaciones de los derechos humanos que han tenido lugar en el oscuro pasado de este país”, explicó Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía para el continente americano.

Un tribunal de Guatemala ha condenado al expolicía Pedro García Arreondo culpable de asesinato, asesinato en grado de tentativa y crímenes de lesa humanidad por el asalto a la embajada española en Guatemala el 31 de enero de 1980 en el que murieron abrasadas 37 personas, sobreviviendo únicamente dos individuos.

En ese sentido, Guevara Rosas manifestó que han tenido que pasar tres décadas para “hacer justicia, pero finalmente se ha puesto de manifiesto lo muy implicadas que estaban las autoridades guatemaltecas en la comisión de este tipo de crímenes”.

En otro juicio celebrado en el año 2012, García Arreondo fue condenado a 70 años de cárcel por ser el responsable de la desaparición y las torturas infligidas a un estudiante universitario en el año 1981.

A pesar de estas sentencias, Guevara Rosas lamentó la “impunidad endémica” que preside todos los procedimientos judiciales abiertos en los que se investigan los crímenes de lesa humanidad que tuvieron lugar en Guatemala en el pasado reciente.

Prueba de ello, según la activista de Amnistía, es el proceso contra el general José Efraín Ríos Montt, que gobernó el país entre los años 1982 y 1983, por crímenes de lesa humanidad sobre la comunidad indígena Ixil, que se ha retrasado “con tácticas de obstrucción”.

“Esperamos que otras causas abiertas en el sistema judicial guatemalteco, incluyendo el de Ríos Montt, sean resueltos teniendo en cuenta los valores de verdad, justicia y reparación”, concluyó Guevara Rosas.