La operación se pudo en marcha después de que la sirena avisara a los equipos de QRA (Alerta de Reacción Rápida, en sus siglas en inglés) de la activación de un ‘A-Scramble’ (lanzamiento al aire de un avión en alerta).

La orden procedía del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas en Uedem (Alemania), que es el encargado de la vigilancia del espacio aéreo de responsabilidad de la OTAN en el centro y en el norte de Europa, tras haber detectado una traza desconocida sin plan de vuelo y sin contacto de radio con las agencias de control de tránsito aéreo.

En ese sentido, tanto los pilotos como el personal de tierra, que incluye a mecánicos y armeros, reaccionaron según los tiempos establecidos en el protocolo de actuación en este tipo de contingencias. Los aviones llevaron a cabo la interceptación e identificación del avión comprobando que se trataba de una aeronave perteneciente a la Fuerza Aérea de Rusia volando sobre aguas internacionales.

Después de acompañar al avión ruso hasta el límite de la zona de responsabilidad los Eurofighter se replegaron a la base Ämari (Estonia) donde se encuentran desempeñando su misión.

Las operaciones españolas, que tendrán una duración de cuatro meses, tienen como objetivo reforzar la seguridad del espacio aéreo de los países de la Alianza ante la inestabilidad generada en Ucrania desde que dio comienzo la crisis en ese país en noviembre de 2013.

Para esta misión, cuya naturaleza es puramente defensiva, el Ejército del Aire ha desplegado en Estonia el Destacamento Aero-Táctico (DAT) ‘Ambar’. Éste está constituido por cuatro aviones de combate C.16 Eurofighter, así como por un contingente de unas 100 personas, entre los que además de pilotos y mecánicos hay personal experto del Sistema de Defensa Aéreo español que actuará de enlace con los distintos centros de control y vigilancia que la OTAN tiene en la zona de responsabilidad asignada.