Nada más comenzar la rueda de prensa que ofreció personalmente tras el Consejo Ejecutivo de hoy, Mas decepcionó las "expectativas múltiples" que sabía que había generado el hecho de que fuera a intervenir él en lugar del portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, que es quien comparece habitualmente.

Mas explicó esta singularidad recordando que "al menos una vez al semestre" quiere ser él quien haga balance de la situación de Cataluña, de las actuaciones de su Ejecutivo y avance los objetivos para los próximos meses, y puntualizó que su comparecencia era "para hablar de eso" y no específicamente del proceso soberanista.

Sobre éste, esbozó que seguirá manteniendo reuniones hasta el jueves y que pasado mañana anunciará su "decisión de continuar con el proceso", pese a todas las "declaraciones y contradeclaraciones" que ha habido al respecto, y los pasos que dará "para que no se desinfle sino al revés: para que continúe en las mejores condiciones posibles".

Mas explicó que esas condiciones no dependen sólo de su Gobierno, pero quiso poner en valor que el 9 de noviembre, con todas las objeciones que se le quieran plantear, Cataluña pudo votar por su "libertad" política "por primera vez en tres siglos".

Al comenzar a hablar de la situación económica de Cataluña, resaltó también que lleva 18 meses consecutivos de caída del paro, un comportamiento mejor que España, y subrayó que lo decía para responder a quienes le acusan de utilizarlo para distraer la atención sobre dicha situación económica.

Luego, al hacer balance del proceso soberanista, Mas puso en valor que la consulta del 9-N se llevó a cabo "contra todo pronóstico", y lo atribuyó a que "hubo una alianza estratégica entre el Gobierno y la gente", que "pasó por encima de la lucha tradicional entre los partidos".

"SE LA JUGÓ"

También quiso subrayar que ese día "el Gobierno se la jugó igual que se la jugó la gente", y como ejemplo recordó que tiene querellas judiciales pendientes, que, aseguró, está estudiando recurrir. No hizo ninguna referencia al apoyo expreso que dio ERC a lo que entonces se llamó "proceso participativo", pese a que entonces lo agradeció.

Para el presidente de la Generalitat, 2014 fue "un grandísimo año desde el punto de vista nacional y del derecho a decidir", con "un balance de éxito grande" y "poco imaginable" que le impulsa y le compromete a seguir adelante con el proceso con las decisiones que explicará el jueves para llevarlas a cabo "con serenidad".

Incluso antes de las preguntas, Mas se preguntó "qué ha pasado" con el acuerdo de gobernabilidad con ERC, y resaltó que, de todos los puntos que comprendía, el 67% de ellos se han cumplido, otro 22% está en proceso de cumplimiento y sólo un 11% no ha empezado a ejecutarse, pero porque desde el principio se dejó para el final de la legislatura, que recordó aún está a la mitad.

Entre lo cumplido situó la propia consulta del 9-N, aunque no pudo ser la definitiva, "pero eso ya lo sabíamos", apuntó, habida cuenta de que el Estado español "no es democráticamente maduro" y no admitía un referéndum acordado como el de Escocia. Sin embargo, a su juicio su Gobierno "ha más que cumplido".

No obstante, y ya a preguntas de los periodistas, reconoció que el acuerdo con ERC funcionó bien hasta primeros de octubre, luego bajó de entusiasmo y ahora está "en un impasse". A este respecto, reflexionó: "El 9-N salió bien o no? Para los favorables mucho mejor de lo que se esperaba. Y, si el 9-N salió bien, ¿qué motivo habría ahora para cambiar el balance positivo (del acuerdo con ERC)?".

No quiso adelantar más sobre el posible adelanto de elecciones ni sobre las afirmaciones de líderes republicanos dando por hecho que va a haber un acuerdo en este sentido. Según aseguró, todavía tiene que mantener conversaciones y "la decisión no está tomada definitivamente", pues depende de dichas negociaciones.

Mas reconoció que no sabe si podrá aprobar los presupuestos para 2015, pese a que anunció que la consejería de Economía ha hablado con el PSC con este fin. No obstante, dijo que no ve ninguna razón para perder el control de la gobernabilidad, pues ERC no ha impugnado oficialmente su acuerdo de legislatura.