Así lo afirmaron este martes dos portavoces de Ecologistas en Acción, Juan Bárcena y Juan García Vicente, que presentaron en una rueda de prensa el informe sobre la calidad del aire en Madrid correspondiente a 2014 e hicieron un resumen de la situación entre el 1 y el 12 de enero de 2015.

Madrid cuenta con una red de 24 estaciones de medición de la calidad del aire, de las que 12 son de fondo urbano, 9 de tráfico y 3 suburbanas o situadas en grandes zonas verdes, que miden los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión (PM10 y PM2.5), provocados fundamentalmente por los vehículos, y ozono troposférico (O3), que se forma en la atmósfera por reacciones fotoquímicas en las que participan NO2, compuestos orgánicos volátiles y la radiación solar.

Respecto al NO2, la normativa europea de calidad del aire (Directiva 2008/50), de obligado cumplimiento desde 2010, establece un límite de concentración media anual de 40 microgramos por metro cúbico y un valor límite horario de 200 microgramos por metro cúbico, el cual no debe rebasarse más de 18 veces al año.

Bárcena señaló que el NO2 es el contaminante con “más problemas legales”, ya que 8 de las 24 estaciones de Madrid superaron los límites anuales (con una media de 40 microgramos por metro cúbico en todo 2014), valores idénticos a los de 2013, y seis rebasaron los topes horarios en 2014, cuando el año anterior eran tres. “Es un problema generalizado en toda la ciudad”, añadió.

En cuanto a las partículas en suspensión, ninguna de las estaciones superaron los límites anuales de 40 microgramos por metro cúbico de PM10 y de 25 microgramos por metro cúbico de PM2.5 recogidos en la directiva europea, pero cuatro rebasaron los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre PM10 (20 microgramos) y seis hicieron lo propio con el de PM2.5 aconsejado por esta agencia de la ONU (10 microgramos).

Y sobre el O3, la OMS fija el límite en 100 microgramos por metro cúbico para periodos de ocho horas (superado en las 14 estaciones de Madrid que registraron este contaminante durante 2014) y la UE establece un límite legal octohorario de 120 (alcanzado por 8 estaciones), así como un umbral de 180 microgramos por metro cúbico en una hora a partir del cual conviene informar a la población (rebasado en 9 de las 14 estaciones).

“BIENVENIDA, ANA BOTELLA”

Por su parte, Juan García Vicente señaló que sólo en los 12 primeros días de 2015 se han superado los límites legales horarios de NO2 en 6 de las 24 estaciones madrileñas, con lo que “se han batido todos los récords” y la capital de España acumula seis años consecutivos de incumplimiento de la directiva europea de calidad del aire.

García Vicente calificó de “irresponsables” y “frívolas” las declaraciones de Botella de achacar la contaminación del aire de Madrid a los vehículos.

En este sentido, Bárcena aplaudió que Botella haya enviado una carta a tres ministerios del Gobierno para que presionen a la UE con el fin de que ésta imponga a los fabricantes de automóviles medidas para frenar la emisión de NO2 en los motores diesel. “Bienvenida, Ana Botella, por estar del lado de los que llevamos décadas denunciando esto”, añadió.

Sin embargo, Bárcena recalcó que la solución para mitigar la contaminación en la atmósfera pasa por “reducir mucho el tráfico en la ciudad”, como ocurre en otras ciudades europeas. Por ejemplo, París (Francia) se propone ser una ciudad sin vehículos diesel en 2020, Estocolmo (Suecia) cuenta con peajes de acceso al centro aprobados por referéndum ciudadano, Cambridge (Reino Unido) ha restringido el coche en el centro histórico, Hamburgo (Alemania) va camino de prohibir todos los coches en su centro y convertir a miles de viajeros en ciclistas, y Pontevedra ha limitado a 30 km/h el tráfico rodado en su centro histórico.