El juicio, que comenzaba el martes de la pasada semana rodeado de fuertes medidas policiales al temerse posibles incidentes en torno al procesado, se ha caracterizado por la falta de pruebas materiales y la contradicción de algunas de las personas que han comparecido a testificar.

Mientras el fiscal señaló que la violación y asesinato de Ana María Jerez tuvieron lugar el día en que desaparecó, el 16 de febrero de 1991, el acusado aseguró no recordar con claridad lo que hizo o dónde estuvo ese día por encontrarse "borracho" o con lo que él denominó "una tranca como un piano".

Por otro lado, cuatro jóvenes testificaron que sobre las 5,30 de ese mismo día, hora en la que señalan las conclusiones del fiscal que tuvieron lugar los hechos, vieron "borracho" al procesado. Otra testigo aseguró que vio a esa misma hora, en una zona alejada de la citada por los cuatro jóvenes, a la niña Ana María compañada por un hombre "muy parecido" al encausado.

La única prueba material presentada en la vista oral contra José Franco de la Cruz fue la del forense sevillano Luis Frontela, quien declaró que se encontró una fibra de tejido en una de las uñas del cadáver de la víctima que coincidía plenamente con otra encontrada en una de las sillas de la casa donde el procesado vivía con sus padres.

En la comparecencia de este catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Sevilla y otros peritos que ivestigaron el cuerpo sin vida de la pequeña, se conoció que Ana María Jerez fue violada analmente después de haber sido golpeada en la cabeza con fuerza y cuando se encontraba en estado semi inconsciente.

El tribunal escuchó, a lo largo de los siete días que ha durado la vista oral, el testimonio de 26 testigos cuyos relatos, en la mayoría de los casos, tuvieron referencias contradictorias a lo que en su día expusieron ante el juez instructor del sumario.

Aunque se ha constatado la falta de pruebs contundentes, ya que sobre la mesa situada junto a la presidencia de la sala no se puso ningún arma homicida, ninguna prenda, ningún objeto con huellas, las declaraciones de la policía, así como las particulares tesis de los forenses, son los principales argumentos para la acusación.

La abuela de la pequeña señaló a Servimedia que desde que desapareció su nieta la familia vive un "auténtico infierno". La madre de la niña, que asistió a la lectura de las conclusiones del fiscal, escuchó con entereza a descripción de cómo sucedieron los hechos.