Sánchez participó en el minuto de silencio convocado por el Congreso de los Diputados junto al embajador de Francia en España, Jérôme Bonnafont, en solidaridad con las víctimas y como repulsa al atentado.

Expresó su "conmoción" por los asesinatos y su "orgullo" al ver a la sociedad francesa "volcada en la defensa de los derechos y libertades que son de todos, en particular la libertad de expresión".

Aseguró que los socialistas españoles se sienten "plenamente identificados y solidarios" con esa imagen de fraternidad de los franceses en defensa de los principios democráticos ante un "desgarro" que es conocido por los españoles.

Sánchez envió un "caluroso abrazo" a los familiares de los asesinados y a los heridos, y se mostró convencido de que no es la religión ni la cultura musulmana la que está tras el atentado, sino el fanatismo y el terrorismo yihadista, y sobre ellos prevalecerán los valores democráticos.

Después, ante el plenario del Grupo Parlamentario Socialista, Sánchez dedicó sus primeras palabras a condenar el atentado, enviar su solidaridad a las víctimas y asegurar que "jamás la locura del terrorismo doblegará la voluntad del pueblo libre".