La normativa supone que a partir de abril los hospitales deberán evaluar el riesgo de sufrir este problema de todos los pacientes que ingresan, con el fin de proporcionarles las medidas preventivas adecuadas para evitarlo, como fármacos anticoagulantes y medias de compresión.

La trombosis causa la muerte a 25.000 personas cada año en el Reino Unido, y las medidas podrían reducir esa cifra en 10.000, según los expertos de NICE.

Los pacientes que se someten a intervenciones oncológicas y para la implantación de prótesis de cadera, así como aquellos que deben permanecer en cama durante largos períodos, tienen un elevado riesgo de desarrollar trombos, que pueden resultar mortales si se desplazan al pulmón y provocan una embolia pulmonar.

NICE también ha recomendado a los pacientes que vayan a ingresar en hospitales que consulten a su médico si están en riesgo de sufrir este problema, y qué pueden hacer para prevenirlo.

El coste de estas medidas podría situarse en torno a 34 millones de euros al año, sin embargo, los expertos de NICE aseguran que su aplicación supondrá un ahorro para la sanidad pública británica.