Durante su primer discurso de Nochebuena, el monarca reconoció que la situación económica “continúa siendo un motivo de grave preocupación para todos”, y destacó que los índices de desempleo “son todavía inaceptables y frustran las expectativas de nuestros jóvenes y de muchos más hombres y mujeres que llevan tiempo en el paro”.

Admitió que estamos viviendo “tiempos complejos” en los que “la dureza” de la recesión económica produce incertidumbre sobre el futuro de las familias y provoca, “con toda razón, indignación y desencanto”. No obstante, valoró la mejora de las principales magnitudes macroeconómicas, que dijo están permitiendo el crecimiento económico y la creación de empleo.

“Estos datos son una base nueva para la esperanza de que, en el futuro, puedan generarse de forma sostenible muchos más empleos y, especialmente, empleos de calidad”, destacó.

Reconoció el trabajo de las empresas españolas, que son “punteras en muchos sectores en todo el mundo”, aunque hizo hincapié en que la economía “no ha sido capaz, todavía, de resolver de manera definitiva este desequilibrio fundamental”.

PERSONAS VULNERABLES

De este modo, vio “evidente” que la lucha contra el paro sea la “gran prioridad”, ya que el “sacrificio y el esfuerzo” de los ciudadanos españoles “durante toda la crisis económica” exige que los agentes políticos, económicos y sociales “trabajen unidos permanentemente en esta dirección, anteponiendo sólo el interés de la ciudadanía”. El monarca culminó esta afirmación al decir que “la economía debe estar siempre al servicio de las personas”.

Por último, Felipe VI reivindicó que hay que proteger “especialmente, a las personas más desfavorecidas y vulnerables”, por lo que hay que continuar garantizando el Estado de Bienestar, “que ha sido durante estos años de crisis el soporte de nuestra cohesión social, junto a las familias y a las asociaciones y movimientos solidarios”. De este trabajo conjunto, añadió el monarca, “debemos realmente sentirnos orgullosos”.