Según informó la Policía, el arrestado elegía establecimientos en los que a última hora de la tarde sólo hubiera una mujer como dependienta y después huía a pie. Fue detenido por un dispositivo policial de más de 50 agentes que le interceptó tras su cuarto atraco, con un cuchillo en la mano y ataviado con un dos pares de pantalones.

El delincuente, un varón de 58 años y vecino de Jaca, comenzó su acción delictiva el 10 de noviembre tras el asalto de una panadería a la hora del cierre, donde se hizo con un botín de 600 euros. Lo cometió con gafas de sol oscuras, un gorro de lana y un cuchillo de grandes dimensiones. El segundo y tercer atraco los cometió 11 y 22 días después con el mismo modus operandi, en otra panadería y una peluquería.

Una vez comprendidos sus métodos, 50 agentes vigilaron a la hora de cierre los comercios que regentara una sola dependienta. En esta ocasión, el atracador no pudo cometer el atraco a los 11 días pero al siguiente asaltó una tienda de golosinas.

Allí, gracias a la descripción física del atracador facilitada por la colaboración ciudadana a través de la Sala del 091, se le detuvo con un botín de 500 euros y un cuchillo oculto en una bolsa momentos después del asalto y cuando escapaba a la carrera.