Mascarell rechazó las tesis que aseguran que el proceso soberanista catalán tiene que ver con liderazgos individuales, e insistió en que está impulsado por la gente trabajadora y la clase media, “y no por irracionales que han perdido el norte”.

Ferran Mascarell considera que “para rematar el proceso” es imprescindible que los partidos políticos pongan encima de la mesa un "debate de ideales" con el objetivo de definir el futuro que quiere Cataluña y la nación que se quiere construir.

ESTADO CATALÁN

Durante su intervención en el citado encuentro informativo, organizado en Barcelona por Nueva Economía Fórum, el responsable de Cultura del Gobierno catalán enumeró un decálogo de lo que tendría que ser a su juicio un Estado catalán.

Para Mascarell, debería ser "un Estado al servicio de la gente, que no sea visto como un instrumento de imposición divina", y que sea "eficiente y participativo". Además, reivindicó una nación catalana con más sociedad civil que nunca y un sistema de bienestar sostenible, que dé seguridad a los ciudadanos.

Asimismo, abogó por una nación culta y educada donde las leyes sirvan para repartir la riqueza, y por una nación profundamente democrática, para lo cual, admitió, “tenemos mucho trabajo y tenemos que hacerlo rápido y bien”.

Ferran Mascarell revindicó también “la Cataluña de las ciudades bien conectadas, europea, europeísta e iberista, con un proyecto desde Cataluña al resto del Estado”.

Por otro lado, insistió en que estamos en el contexto de una "rebelión social y democrática para hacer una nación más justa, democrática y universal", y a pesar de parecer un proyecto “imposible”, es en su opinión un proyecto "imprescindible" "para romper con esta secuencia inacabada que nos resta tanta energia".

Mascarell considera que el Estado se equivoca cuando no intenta comprender la "rebelión social y democrática" que existe en Cataluña, algo que considera un proceso positivo para Cataluña y para que España pueda romper su “molde” histórico. Además, acusó el Estado de tolerar un 25% de paro y “ésto, la sociedad no lo puede aceptar".