Rajoy, que participó junto a Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón en un desayuno organizado por el PP de Madrid, recordó que todos los grupos parlamentarios del Congreso votaron a favor de la construcción de un cementerio nuclear, por lo que "en algún sitio tendrá que estar".

Sin embargo, sentenció que "quien tiene que decidir es el Gobierno" de Zapatero, en lugar de dejarlo en manos de los ayuntamientos que lo soliciten, ya que considera que es quien tiene que "liderar" este asunto.

Rajoy se mostró dispuesto a "ayudar" al Ejecutivo de Zapatero con un acuerdo en política energética e incluso se comprometió a ser "constructivo" en esta materia.

"Yo estoy dispuesto a hablar con el Gobierno de este asunto y si el Gobierno hablara con el resto de los partidos de este asunto y explicara su posición, nos evitaríamos muchos problemas", dijo.

Rajoy aseveró que con el cementerio nuclear sucede "lo mismo que con el agua o la educación": que desde el Gobierno "no se lidera nada, no se gobierna y se generan problemas" a los españoles.

La consecuencia, explicó, es que el manchego José María Barreda "no quiere" el cementerio nuclear y el catalan José Montilla "no lo quiere" tampoco y así se está "en la situación que estamos".