Pedro Sánchez sentencia que Rajoy “no está capacitado ni legitimado” para liderar la regeneración democrática
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sentenció este jueves que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “no está capacitado ni legitimado” para liderar las respuestas necesarias ante la corrupción, ya que considera que el auto del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz demuestra que su partido “se lucró” con la trama `Gürtel´ y que, pese a sus declaraciones en el pasado, “sabemos que todo era cierto”.
Rajoy presentó en el Congreso de los Diputados los dos proyectos de ley que contienen medidas contra la corrupción, y Sánchez defendió las enmiendas de totalidad presentadas por el PSOE.
Dado que el PP “se lucró”, dijo a Rajoy, su partido “no está en condiciones” de abordar la necesaria respuesta contra la corrupción, y “siento decirle”, prosiguió, que España necesita respuestas “radicales en democracia” y en limpieza, y por su trayectoria y sus reacciones “usted no está capacitado ni legitimado para liderarlas”.
Sánchez subrayó que el debate estaba precedido por la dimisión de Ana Mato, a la que Rajoy no había hecho mención. A veces “los silencios son elocuentes”, dijo, y también lo son “las ausencias” en la bancada del Gobierno.
Reconoció que no era “el mejor día” para que Rajoy hablara de corrupción, pero el problema es que desde hace año y medio “ningún día es bueno para usted”, porque empezó diciendo que todo era falso, luego dijo que lo era todo “salvo algunas cosas”, y tras el auto “sabemos que todo era cierto”.
Se mostró convencido de que el presidente se vio “obligado a cesar” a la ministra, pero al hacerlo está “apuntando directamente al PP” porque el auto habla de ambos en los mismos términos, por lo que “alguien tendrá que responder, dar nuevas explicaciones, y asumir sus responsabilidades”.
Sánchez dejó claro que su partido habría preferido un debate monográfico sobre corrupción no condicionado ni limitado por los dos proyectos concretos, y afeó a Rajoy que mientras es necesario atajar el problema “de raíz” el Gobierno “se vuelve a ir por las ramas”.
En el debate, el líder socialista alertó a Rajoy de que no está calibrando la profundidad del daño que la corrupción está haciendo a las bases del sistema de convivencia, y de que su responsabilidad como presidente es mayor que la que tienen los demás partidos. Está incumpliendo, le dijo, el deber de fortalecer la democracia.
Precisó que el PSOE no discrepa con el Gobierno en la orientación de esos dos proyectos, pero sí en la ambición de las medidas. Defendió imponer por ley la elección en primarias de los máximos dirigentes políticos, y fortalecer la independencia de los órganos constitucionales y organismos reguladores.
“Abandonemos para siempre la colonización de esos organismos”, apeló Sánchez, que abogó también por obligar a motivar los indultos y excluir de ellos las condenas por corrupción, por ampliar y extender la aplicación de la ley de transparencia a los acuerdos urbanísticos y campañas de publicidad institucional, por facilitar la presentación y tramitación de iniciativas legislativas populares, y por flexibilizar las condiciones para las comparecencias del Gobierno y para la creación de comisiones de investigación en el Parlamento.
Sánchez reconoció que todos los partidos han cometido “el error” de pensar que la corrupción afectaba sobre todo al adversario, y “la torpeza” de creerse libre de ella, “pero la realidad nos ha desmentido con dureza a todos” y quienes no han probado “el amargo sabor de las decepciones” es porque no se han enfrentado aún a la compleja gestión de los asuntos públicos.
Reconoció que la mayoría de los militantes de los partidos “son honestos”, que no hay “partidos corruptos” ni tampoco “inmunes” a la corrupción, que hay “personas” que se corrompen y que corrompen, y que solo ellos son los culpables, pero aseguró también que no afecta “a todos por igual”.
El PSOE, dijo, no tiene despachos en una sede reformada con dinero negro, no tiene a su ex tesorero en la cárcel por tener cuentas en Suiza, él no ha recibido sobres con dinero procedente de la caja B, y en el caso del PP no basta ya con declararse “asqueado” y pedir perdón, “llegó la hora de reaccionar”.
Sánchez se mostró convencido de que España tiene un problema de corrupción “en el sistema” pero no “del sistema”, porque los casos se investigan y se sancionan aunque sea “tarde”, pero advirtió de la necesidad de comprender que la raíz de esa lacra es el ansia del poder económico por “capturar” el poder político, y eso no solo se combate con sanciones, sino también con prevención.
Hay que asumir, dijo, que no todas las personas son corruptas, pero todas las que tienen poder político “son corruptibles”, y por ello son necesarios sistemas “de criba” de personas y procedimientos, lo cual requiere un trabajo más profundo y riguroso del permitido por el Gobierno, y una legislación que supera la pretendida para “pasar este trago parlamentario”.
En ese sentido, defendió el aumento de penas y de los tiempos de prescripción, y que la Audiencia investigue y enjuicie todos los casos, porque tiene “más medios” y porque se garantizaría un tratamiento “uniforme” de todos ellos. Abogó también por asegurar que la Agencia Tributaria certifica el patrimonio de los cargos públicos en su nombramiento y en su cese, y por examinar el de los condenados por corrupción, junto al de sus familiares y testaferros para asegurar que devuelven el dinero robado.
Defendió también levantar el secreto fiscal para los sancionados con base superior a 30.000 euros para evitar “más amnistías opacas”, y ampliar el plazo de incompatibilidad de dos a cinco años para que los cargos públicos se incorporen a actividades privadas relacionadas con aquellas que trataron desde las instituciones.
Sánchez dijo al presidente que solo una “fotocopia” separa la declaración “enfática” de ser incompatible con la corrupción y la constatación de que se ha financiado ilegalmente, y que algunos hechos desmienten la supuesta voluntad política del Gobierno para limpiar las instituciones y regenerar la democracia. Por ejemplo, la forma en la que se nombró al presidente de RTVE o a la presidenta del Consejo de Transparencia
Los ciudadanos no creen su compromiso, dijo a Rajoy, si sus hechos no son coherentes, si no es “implacable” con los corruptos, si actúa de forma “condescendiente” al pedir perdón, y si sigue “atrincherado” en una sede reformada con dinero negro. El PP “se lucró”, concluyó, y por ello, por su trayectoria y sus reacciones, “no está capacitado ni legitimado” para liderar la necesaria respuesta.
(SERVIMEDIA)
27 Nov 2014
CLC/gja