Yuste se refirió a esta cuestión en la Comisión de Interior del Congreso, donde comparece esta tarde para explicar el tercer grado a Matas, que fue concedido por Instituciones Penitenciarias, después de que la Junta de Tratamiento de la cárcel de Segovia se mostrara dividida al respecto.

En concreto, cinco de los miembros de esta junta de tratamiento votaron a favor de que el expresidente balear siguiera cumpliendo en segundo grado la pena de nueve meses de prisión que se le impuso por tráfico de influencias. Por el contrario, tres miembros de la dirección de la cárcel de Segovia se mostraron a favor de conceder al condenado el tercer grado, lo que le permitiría ir sólo a prisión a dormir.

NO SÓLO "CASTIGO"

A este respecto, Yuste dijo que su departamento concedió el tercer grado al expresidente balear ante la división de los responsable de la cárcel y teniendo en cuenta argumentos como la “inexistencia de un historial delictivo consolidado” en el caso de Matas.

Además, el responsable de Prisiones destacó que el expresidente balear está “plenamente insertado en la sociedad” y que el que tenga trabajo y haya abandonado la vida política determinar que tiene un pronóstico reincidencia “medio-bajo”.

Al mismo tiempo, Yuste explicó que su equipo rechaza el argumento dado por los defensores del segundo grado, que argumentaban que mantener a Matas en prisión era el “único modo de concienciar al delincuente de su mal comportamiento social”.

Sin embargo, el secretario general sostuvo que este argumento “se fundamenta exclusivamente en el efecto retributivo de la pena”, desoyendo las previsiones legales y onstitucionales sobre el fin de reinserción que tiene “las penas privativas de libertad”. Además, destacó que los partidarios del segundo grado se limitaron a proponer el “castigo” como único principio argumental.