Ébola. “No es una sentencia de muerte”, afirma un superviviente curado por MSF en Liberia
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Zayzay Mulbah, que contrajo el virus del ébola y lo superó gracias a la atención recibida en un centro de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Monrovia (Liberia), afirma que esta enfermedad “no es una sentencia de muerte”.
Mulbah, que ahora trabaja en el equipo de apoyo psicosocial de MSF en el Centro de Tratamiento de Ébola de esta organización en Monrovia, se curó de la enfermedad hace mes y medio y la ONG dio a conocer este viernes su testimonio.
“La forma en que contraje el virus es algo que me planteará interrogantes durante el resto de mi vida. No sé si lo adquirí de un familiar, de algún amigo cercano o al tocar algo contaminado por una persona infectada”, comienza.
Mulbah subraya que se quedó “totalmente desconsolado” cuando el resultado de sus análisis, realizados en la Unidad de Tratamiento de Ébola ELWA-3 de Médicos Sin Fronteras, confirmó que era positivo.
“No podía creerlo, lloré muchísimo. Fue un momento decisivo en mi vida. Al principio del brote no creía que el ébola fuera real, dudaba de su existencia. Pero aquí estoy, sentado en un centro de aislamiento y confirmado que tengo el virus2, añade.
Mulbah cuenta que, antes de enfermar, salía con sus amigos a divertirse a varios lugares de su comunidad, tomaban cerveza negra y decían, en broma, que esta bebida era “la medicina contra el ébola”. “No fue mucho después cuando empecé a sentirme mal, parecían los síntomas de la malaria. Posteriormente, empecé a vomitar y a tener diarrea”, agrega.
“Mi madre pensó que me había intoxicado. Aun así, mi familia tomaba todas las precauciones necesarias aunque no estábamos seguros de que tuviera ébola. Cada vez que vomitaba, mi esposa desinfectaba, limpiaba y arrojaba a la basura todo lo que había utilizado. Tanto ella como mi hija dejaron de dormir en la misma habitación que yo. Hasta el día de hoy, soy la única persona de mi familia que se ha infectado, gracias a esas precauciones que tomamos”, apunta.
NUEVE DÍAS DE ATENCIÓN MÉDICA
La enfermedad empeoró día a día, hasta que el 23 de agosto decidió ir al centro de tratamiento de MSF, donde le realizaron los análisis y le confirmaron que dio positivo. “Recibí atención médica y, tras nueve días, me recuperé y me dieron de alta para volver a casa”, asegura.
“El ébola puede ser mortal cuando la gente recibe cuidados. La gente afectada por la enfermedad tiene la oportunidad de sobrevivir si acude en busca de atención a un centro de tratamiento. Comparto mi historia para inspirar y contar que tener ébola no es una sentencia de muerte. Agradezco al personal de MSF por haberme salvado la vida, le han dado un nuevo significado a mi existencia. Ahora me dedico a luchar contra esta epidemia mortal. Estoy contento de trabajar en la Unidad de Tratamiento de Ébola para atender a los pacientes que luchan contra el virus”, concluye.
(SERVIMEDIA)
17 Oct 2014
MGR/gja