Así se desprende del estudio ‘Hábitos de Conducción en España’, elaborado por el Centro de Estudios de Seguridad Vial Ponle Freno-AXA y presentado este viernes en una rueda de prensa en Madrid por el presidente de esta entidad, José María Plaza; el director asociado de TNS, David Castillo; el director general de Atresmedia Televisión, Javier Bardají, y la directora general de Tráfico, María Seguí.

El estudio se basa en una encuesta 'online' realizada a 3.021 conductores, motoristas, ciclistas y peatones, con una muestra representativa del usuario tipo en España que se desplaza por las vías públicas en cuanto a sexo, edad, tipo de vehículo que manejan y comunidad autónoma en la que residen.

Una de las principales conclusiones es la ‘confesión’ que los encuestados hacen de algunas conductas de riesgo que están sancionadas. La más incumplida es la de montar en bici sin casco en las vías interurbanas (53%), seguida de conducir más de dos horas sin parar (46%) y saltarse un semáforo en ámbar (45%).

Manipular el navegador o la radio mientras se conduce (34%), circular a 65 kilómetros por hora en la ciudad (32%), montar en bici de noche sin luces (31%) e ir en moto sin casco (30%) son otros de los comportamientos más incumplidos.

Sin embargo, uno de los que los encuestados consideran más peligrosos es el de conducir tras beber alcohol (65%), pese a lo cual un 23% admite haberlo hecho alguna vez, cuando sólo 4 de cada 10 conductores (39%) conocen que el límite legal de alcohol en la sangre para conducir es 0,25 miligramos por litro, mientras que un 2% afirma que “depende”.

MOTORISTAS

En general, los motoristas confiesan que hacen más acciones consideradas peligrosas que los automovilistas, las mujeres reconocen menos comportamientos de riesgo que los hombres (salvo montar en moto sin casco) y los jóvenes declaran tener más actitudes peligrosas, que disminuyen a partir de los 45 años.

Por otro lado, el estudio indica que, aunque el comportamiento mayoritario de los padres es llevar siempre a los niños con su correspondiente sistema de retención infantil, un 14% reconoce que no lo hace nunca, casi nunca o que lo hace casi siempre.

La mitad de los conductores de automóvil (49%) afirma que alguna vez les han multado o quitado puntos, sobre todo por exceso de velocidad y parar en lugares prohibidos, porcentaje que asciende al 57% en el caso de los motoristas.

Un aspecto curioso que desgrana el estudio es sobre las conductas más penadas social y legalmente. Así, un 7% de los automovilistas admite haber sido multado por conducir tras beber alcohol, pero el 57% conocen a otros en esa situación (16% de los motoristas que confiesan y 70% que saben de otros).

Sobre las sanciones por consumir drogas, un 1% de los automovilistas lo reconoce, pero un 8% conocen a otros que han sido multados en esta situación (9% de los motoristas que confiesan, porcentaje que sube al 30% en el caso de conocer a otros).

Aunque la mayoría de los españoles (51%) creen que la velocidad se limita con un objetivo recaudatorio, un 41% asegura que se hace con fines recaudatorios por parte del Estado, y el 79% pide sanciones más severas en los casos de accidentes con víctimas.

PERCEPCIONES Y REALIDADES

Por otro lado, María Seguí destacó que el estudio analiza percepciones de los encuestados que “no son necesariamente las realidades” y mencionó la edad del vehículo como factor influyente en la siniestralidad, ya que uno de siete años duplica el riesgo de accidente y otro de más de 10 años lo triplica, así como que un 25% de las personas fallecidas en un siniestro no llevaban puesto el cinturón de seguridad.

Seguí consideró “terrible” que un 14% de los padres no lleve siempre a sus hijos retenidos en el coche y destacó que un 8% de los conductores parados al azar en España han dado positivos en drogas ilegales.

Por su parte, Javier Bardají indicó que la bajada de la siniestralidad vial en España “se ha ido ralentizando” este año, por lo que pidió “no caer en la comodidad” en este sentido, y José María Plaza apuntó que la conducción bajo los efectos de las drogas o el alcohol, no llevar casco y no poner las luces de la bicicleta por la noche son los riesgos más peligrosos.