Según informó el Ministerio del Interior, los detenidos son cuatro personas de entre 23 y 34 años, vecinos de Granada, que siempre atracaban en establecimientos cercarnos a sus domicilios y tras los robos se ocultaban rápidamente en ellos, antes de que guardias civiles y policías nacionales pudiesen desplegar un dispositivo de búsqueda. Además, los atracadores cubrían sus rostros con cascos integrales de motocicleta para evitar su reconocimiento, lo que dificultaba aún más las investigaciones.

Este grupo criminal, que actuaba con gran violencia, utilizaba pistolas y sus miembros huían en motocicletas previamente sustraídas. Incluso en uno de los atracos, en un centro comercial, llegaron a rociar al vigilante de seguridad con un espray de defensa, lo que le ocasionó graves lesiones.

Tras un asalto a una tienda de ropa deportiva, los cuerpos de seguridad averiguaron que el arma y la motocicleta utilizadas tras el último robo se ocultaban en el domicilio de uno de los sospechosos. Así, una vez que obtuvieron el permiso de la autoridad judicial, el 4 de octubre se realizó un registro en dicho domicilio, donde los agentes encontraron una pistola oculta en la lavadora, la motocicleta en el garaje, y el espray, los cascos y la ropa que vestían los atracadores cuando asaltaron este último establecimiento.

Con todos estos indicios, el Equipo de Delitos contra el Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Granada y el Grupo de Atracos de la Comisaría de Policía de Granada consiguieron desmantelar a la banda.