Camats hizo esta valoración en una rueda de prensa en el Parlamento, donde defendió la apuesta de ICV por hacer de oposición a la política económica y social de CiU a la vez que apoya al Gobierno catalán en su objetivo de convocar la consulta del 9 de noviembre. En razón de esta doble tendencia dejó claro que ICV no quiere formar parte del Ejecutivo autonómico, para que "la consulta no tenga un precio".

Según este mismo razonamiento, dijo que, antes de entrar en el Gobierno, "ERC tiene que valorar si está dispuesta" a asumir las otras políticas de CiU, porque para blindar la consulta vale con la unidad transversal de las fuerzas políticas, "un gobierno o unas elecciones no consisten en un solo tema" y "quien entre en el Gobierno ha de asumirlo todo".

Camats constató la "extrema dificultad" de llevar adelante la consulta y que hay que buscar "resquicios legales" ange la evidencia de que el Gobierno central "no deja pasar ni una", pero llamó a "trabajar lo más intensamente posible" para garantizar que se vota el 9 de noviembre.

La dirigente de ICV se resistió por tres veces a responder las preguntas de los periodistas sobre si ella votaría sí o no a la segunda cuestión de la consulta, la de si el Estado catalán debe ser independiente, y se aferró a la apuesta por el sí al Estado y dejar libertad de voto a los militantes sobre la independencia que ha defendido ella dentro del partido.

Finalmente, Camats aclaró que ICV nombrará al sustituto del dimitido Quim Brugué en la Comisión de Control de consultas populares cuando se haga efectiva la renuncia formal de Brugué y el Parlamento abra el procedimiento de sustitución. No entró en más valoraciones sobre la renuncia del vocal nombrado a propuesta de su grupo.