Según el escrito de acusación de la Fiscalía, hay evidencias de que los tres forman parte de la organización terrorista Resistencia Galega, “cuyo objetivo es lograr la independencia del territorio subvirtiendo para ello el orden constitucional en dicha Comunidad Autónoma, a fin de establecer unas señas de identidad gallegas y la defensa de la tierra y del medio ambiente”.

El fiscal entienden que está comprobado que esta organización “justifica el empleo de la violencia contra las personas y los bienes como único medio de lograr sus propósitos”

Asegura el escrito de acusación que los tres encausados convinieron en la destrucción de las antenas de radio, telefonía y televisión ubicadas en el monte Sampaio de Vigo, mediante la explosión de dos artefactos fabricados por ellos y conformados por 36 bombas de palenque que contenían 1.440 gramos de pólvora negra pólvora cloratada, que estaban adosadas a dos recipientes de litro y medio y medio litro de gasolina.

La Fiscalía considera que Naya Gil se desplazó hasta ese lugar a bordo de un vehículo Cintroen Saxo, propiedad de Diego Santín, y colocó los artefactos explosivos, uno bajo una torre de telefonía móvil y otra bajo una antena de radio, con la finalidad de destruirlas.

Esas dos bombas no explotaron, y por eso decidieron fabricar otros dos artefactos que sirvieran de detonadores de los anteriores. Estos nuevos artilugios estaban compuestos por dos petardos tipo “Trueno”, modelo “Cheroqui número 3”, adosados a una botella con litro y medio de gasolina y una botella de gas butano.

Entonces, Rodríguez Olivera y Naya Gil fueron juntos en el mismo vehículo al monte Samapaio donde instalaron los artefactos al filo de las 2.30 de la madrugada. Explotaron sobre las 3.30, ocasionando desperfectos, cuya reparación costó 11.197 euros.

El fiscal afirma que para la confección de dichos artefactos, Santín Montero adquirió material pirotécnico, gasolina y mecha de chisquero a sabiendas del uso que se les iba a dar.

Después, Santín y Rodríguez enviaron desde un cibercafé un correo electrónico a diversos medios de comunicación de Galicia en el que reivindicaban la comisión del atentado en nombre de Resistencia Galega.