“A mí, personalmente, no me gusta ese festejo y yo creo que esta opinión la comparte mucha gente”, afirmó Wert al contestar una pregunta que le había formulado al respecto Jordi Guillot, de Entesa pel Progrés de Catalunya, en el Pleno del Senado.

Tras instarle Guillot a manifestar su opinión y si, como ministro de Cultura, pensaba “hacer algo para acabar con esa barbarie”, Wert explicó que el Toro de la Vega, al que no llamó por su nombre, tiene sus competencias transferidas a la Junta de Castilla y León en cuanto al “festejo en general” y al Ayuntamiento de Tordesillas por lo que se refiere a su autorización o denegación.

“No quiero eludir totalmente el carácter de la pregunta. A mí, personalmente, no me gusta ese festejo y yo creo que esta opinión la comparte mucha gente, pero no tengo la competencia ni creo que deba tenerla, salvo en el ámbito en el que se produzcan alguna cuestiones que tengan que ver con la regulación general, con las leyes básicas que el Estado debe aplicar”, apuntó.

Wert destacó que el reglamento taurino estatal y el de las comunidades autónomas “establecen algunas normas que se dirigen a limitar e incluso a impedir el maltrato animal”, antes de abogar por “el diálogo de todas las partes interesadas” en relación a futuras ediciones del Toro de la Vega.

Por su parte, Guillot tildó de “barbaridad” el Toro de la Vega y calificó de “increíble” que Wert “no pueda hacer nada” para abolirlo, antes de preguntarse “qué imagen da España” cuando un grupo de personas se reúnen en Tordesillas para matar un toro tras haberlo alanceado.