En un encuentro informativo con la prensa, Díez aseguró que es "una desgracia" lo que está pasando en Vic auspiciado, precisamente, por los partidos que votaron en contra de la Ley de Extranjería y que adoptaron un discurso "más abierto, más vindicativo y más progre".

Díez advirtió que si los partidos políticos no "encauzan bien este debate" y explican a los ciudadanos lo que significa estar empadronado dejando de lado "nuestras más bajas pasiones", se podrían producir fenómenos de xenofóbia y racismo, como en otros países europeos con más experiencia en inmigración.

"Me preocupa que todo el mundo esté haciendo cálculos electorales" a la ahora de pronunciarse sobre lo que está ocurriendo en Vic porque una actitud ambigua de los responsables políticos "puede tener consecuencias que no vamos a poder controlar luego", aseguró.

Díez concluyó que la mejor receta para afrontar lo que ocurre es "hacer pedagogía" en una materia en la que debe imperar "el sentido de Estado" y en la que se debería alcanzar un "pacto entre todas las fuerzas políticas".