Fuentes de la defensa aseguraron que la única licencia sarcástica que se permitió el imputado durante su declaración fue el momento en que Ruz le preguntó por las posibles razones que podrían haber animado a la denunciante, su exnovia, a acusarle. “Yo las exclusivas las doy aquí, en el juzgado”, aseveró.

Aseguró también que es improbable que Álvarez tuviera conocimiento de sus operaciones financieras, puesto que con ella sólo tenía una relación de “intimidad personal”.

Fuentes de la defensa describieron a Pujol Ferrusola como un dinamizador de negocios y, de hecho, el imputado dio cuenta al juez de su trayectoria profesional para despejar dudas sobre su actividad. Explicó que la fortuna por la que se le piden cuentas, asciende tan sólo a 7,5 millones de euros y no a más de 32. Simplemente esa cantidad es la que ha ido invirtiendo en distintos productos financieros.

De hecho, justificó el trasiego de fondos a paraísos fiscales en inversiones en entidades bancarias que tienen fondos radicados en los citados paraísos. Ese es el caso del cobro de los intereses generados por unas preferentes suscritas con el BBVA, con sede en las Islas Caimán, que, siempre según la versión de la defensa, tributaron en España.

En todo caso, negó que cualquier ingreso proviniera del cobro de comisiones ilegales y argumentó en contra de varios puntos del informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que detalla las supuestas operaciones de intermediación de Pujol Ferrusola en temas tan variopintos como redes eléctricas en Gabón, venta de plantas solares, compra de oficinas, ampliación de refinerías o implantación de sistemas tecnológicos en México.

COMISIONES EN GABÓN

Fuentes de la defensa definieron el imputado como un experimentado empresario y un dinamizador de negocios. En ese marco, Pujol explicó al juez que la operación de Gabón se realizó mientras trabajaba para Isolux. Para lograr el contrato de electrificación, se puso en contacto con un intermediario, el andorrano Pierre D. y su hermano, que establecieron los contactos con el Gobierno del país africano. Por esa gestión, Pujol Ferrusola, que viajó en tres ocasiones a Gabón, cobró un 18% del monto total de la operación y el 82% restante fue para Duró.

En su declaración, la exmujer del imputado, Mercè Gironès, dio cuenta de la compra de una finca rústica en Palamós que multiplicó su valor gracias a una recalificación. Al juez le dijo que la finca era de un cuñado suyo que tenía problemas financieros y que antes de vendérsela le “aseguró” que iba a ser recalificada.

Goronès la compró y esperó tres años a que fuera recalificada para venderla con píngües beneficios. La defensa argumenta que en el momento de la recalificación el Gobierno municipal era socialista, insinuando que no podía haber concurrencia de intereses con la familia Pujol, pero lo cierto es que en el momento de realizarse la venta, en 2002, el equipo municipal era de CiU. En el momento de la compra de la citada finca, Gironès pagó 217.000 euros y en 2006 la vendió por 4,8 millones de euros.

LA SECRETARIA DECLARA MEDIA HORA

El juez tomó hoy declaración como testigo a Cristina Isabel de Francisco, que aparece como socia del matrimonio Pujol en la Project Marketing Cat. La testigo respondió al juez por espacio de media hora y le explicó que su participación se limitó a figurar como constituyente de la empresa por mandato de Pujol y su exmujer.

En ese momento, De Francisco era la secretaria de ambos y fue la encargada de dar de alta la constitución de la empresa, tras lo cual vendió las acciones a los Pujol sin haber intervenido en ninguna operación financiera. Ahora sigue siendo la secretaria de Pujol Ferrusola.

El juez Ruz dejó ayer en libertad sin medidas cautelares a Pujol Ferrusola, primogénito del expresidente de la Generalitat de Cataluña, y a su exmujer, Mercè Gironès, al no solicitarlas ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado. Ambos siguen imputados por blanqueo de capitales y un delito contra la Hacienda publica.