Uno de los representantes de la asociación, José Manuel Herráiz, denunció hoy esta situación a Servimedia, explicando que desde el pasado día 9 los padres de los escolares y éstos mismos se concentran diariamente a las 8.30 horas ante las puertas del colegio.

Según lamentó, la Consejería de Educación, competente en el tema hasta que las obras terminen y el Ayuntamiento asuma su atribución sobre las infraestructuras escolares existentes, no les ha dado otra alternativa que trasladar a los niños en autobús a otro colegio que se encuentra "en la otra punta de la ciudad" y en el que estudian jóvenes de Educación Secundaria y FP, con lo que se incumpliría la separación por edades que establece la ley.

Herráiz explicó que hasta ahora los niños estaban "masificados" en el antiguo centro Boliche, donde tenían que utilizarse como aulas hasta el gimnasio, el comedor y la biblioteca. Una vez cerrado, les prometieron que el nuevo colegio estaría listo el curso pasado y luego para comenzar éste.

Por lo visto, el problema concreto es un muro de contención que no estaba presupuestado y que había que elevar.