Según informó el Instituto Armado, la embarcación intervenida contaba con un motor adicional fueraborda de gran cilindrada y todos los datos identificativos de la misma estaban borrados intencionadamente.

Los agentes, que iban a bordo de una embarcación auxiliar del buque Rio Miño, tuvieron que interceptar el cargamento de droga tras una arriesgada persecución. Los hechos tuvieron lugar el pasado miércoles, tras recibirse aviso desde una aeronave de la Guardia di Finanzas italiana.

Las autoridades italianas informaron de que trataban de localizar una embarcación deportiva, ocupada por dos personas en aguas internacionales en dirección a las costas españolas, en cuya cubierta se observaban varios bultos con envoltura semejante a la utilizada habitualmente para el transporte de hachís.

ARROJARON BULTOS

Los responsables del buque de la Guardia Civil, ordenaron corroborar la información recibida, y lanzaron al mar las dos embarcaciones semirígidas auxiliares de las que disponen.

Cuando los tripulantes de la embarcación recreativa se percataron de la aproximación de los agentes, iniciaron una huida a gran velocidad y llegaron a usar un motor auxiliar de gran cilindrada. Al mismo tiempo, arrojaron al agua varios de los bultos que transportaban en cubierta.

Una vez que los agentes alcanzaron la embarcación que se trataba de abordar, hicieron señas al patrón de la misma para que la detuviera, algo de lo que hizo caso omiso. Además, realizó una serie de maniobras evasivas muy peligrosas (cruce de proa) para la integridad de los guardias civiles.

A PUÑETAZOS

Ante esta situación, los agentes optaron por llevar a cabo el abordaje de la embarcación tras varios minutos de persecución y acometidas continuas. Seguidamente, los tripulantes de la embarcación recreativa recibieron a los agentes con puñetazos y empujones, por lo que los guardias procedieron a la inmediata detención de los mismos.

Seguidamente, se procedió por la otra embarcación auxiliar de la Guardia Civil a la recuperación de los fardos arrojados al mar, pudiendo recuperar 13 fardos de arpillera conteniendo hachís.

La embarcación intervenida es de bandera española y está domiciliada en Melilla. Tenía placas identificativas borradas intencionadamente y estaba equipada con un motor fueraborda exterior de gran cilindrada.