“Somos respetuosos con todas las opiniones y posturas en torno a la fusión”, indicó Llamas, quien defendió, no obstante, la necesidad de esta medida para dar respuesta a los “efectos negativos” de la crisis financiera, y crear así entidades “más fuertes, competitivas, sólidas, rentables, con mejores servicios y comprometidas con el desarrollo de la sociedad”.

El presidente de Caja España agradeció el apoyo de las instituciones pero no entró a valorar tampoco la aceptación del proceso de fusión entre la sociedad leonesa, ya que “nuestra caja es de toda la región” y la entidad tiene oficinas repartidas por muchos territorios, no solo en León.

Además, Llamas afirmó que el proceso iniciado por Caja España y Caja Duero se retrasará “muy poco, si se retrasa”, después de que el Banco de España haya comunicado a las entidades que el plan de viabilidad de la caja fusionada debe contemplar las cuentas auditadas a fecha de 31 de diciembre de 2009 y para “dar tiempo” a la consultora KPMG para elaborar el plan.