El primero de los países fue Francia cuyos ciudadanos fueron llamados a las urnas por el presidente de la República para decidir sobre la expansión de la Comunidad Económica Europea. Fue en abril de 1972, y del 60,27% de franceses que participó, el 68,28% apoyó la propuesta.

En el caso francés, al igual que ocurre hoy en España, el referéndum no tenía carácter vinculante, carácter que sí tuvo la consulta convocada un mes después en Irlanda, cuando además la participación era obligatoria. Estaba en juego el acceso a la Comunidad Europea (CE) y del 70,88% de quienes votaron, un 83,1% dijo "sí".

La pertenencia a la CE fue consultada también en Noruega, Gran Bretaña y Groenlandia (Dinamarca) y en todos fue ratificada. Dinamarca también acudió a las urnas por este motivo aunque, en su caso, el referéndum tenía carácter vinculante y la participación era obligatoria.

Además de votar la adhesión a la CE, los daneses fueron consultados en otras cuatro ocasiones en que votaron dos veces sobre Maastrich, otra sobre el Tratado de Amsterdam, y para decidir el acceso al euro.

El último país que ejerció el voto para decidir sobre alguna cuestión europea fue Rumanía, que el 19 de octubre de 2003 aprobó una enmienda constitucional para poder adherirse a la Unión Europea.