El estudio, realizado en 1.200 hogares españoles, establece cuatro categorías entre los padres y madres de familias: autoritarios, permisivos, democráticos y mixtos.

Tras el porcentaje de los padres democráticos se sitúa el de los que desarrollan actitudes mixtas, esto es, que en ocasiones actúan de forma autoritaria y otas democráticamente. En este estudio, el 32 por ciento de los hogares españoles responden a este modelo.

El resto de los padres se sitúan entre el 7 por ciento que son permisivos con las actuaciones de sus hijos, y el 20 por ciento que responden de forma autoritaria.

Ochaita, que ha dirigido durante esta semana este curso sobre las relaciones familiares, explicó que la actitud autoritaria se caracteriza porque los padres exigen a sus hijos altos niveles de control y exigencias de madurez, y les cnceden un bajo grado de comunicación y afecto.

La psicóloga consideró que los padres democráticos aportan a un alto grado de control y exigencia una alta motivación, mayor percepción y autoestima en las relaciones sociales, que producen "efectos deseables" para que el niño acepte la educación de forma natural.