La organización denunció que las comunidades que están acogiendo a los desplazados en Iraq se encuentran al límite, mientras que algunos pueblos han triplicado su tamaño y las personas que han huido de la violencia viven en “condiciones deplorables”.

“Hay una necesidad urgente de comida y refugio. Muchas familias están pasando hambre, son familias que han dejado sus casas temiendo por su vida sin nada más que la ropa que llevaban puesta”, explicó Tina Yu, directora de Save the Children en Iraq.

La ONU calcula que de los 1,45 millones de personas desplazadas en Iraq este año, aproximadamente 400.000, de las que 200.000 son niños, están viviendo en escuelas, parques o edificios abandonados en la región del Kurdistán.

INSTALACIONES COLAPSADAS

“Más de 2.000 escuelas en Iraq están acogiendo a 52.000 personas, retrasando el comienzo de curso hasta por lo menos octubre. Recordemos que Iraq ya está acogiendo a más de 200.000 refugiados sirios que huyeron de la guerra al otro lado de la frontera”, subrayó Yu.

Save the Children ha distribuido paquetes de comida para 2.500 personas en Suleimanyah (ciudad del Kurdistán que ha aumentado su población de 13.500 habitantes a más de 40.000) con arroz, lentejas, pasta de tomate, aceite para cocinar y té. La organización también ha repartido kits para dormir y para refugio a más de 6.600 personas.

“Aunque estamos agradecidos de estar en esta casa, las condiciones son muy malas. Dormimos en esterillas muy finas en el tejado, no tenemos almohadas ni mantas. Tenemos una estufa muy pequeña para ocho familias. No tenemos agua suficiente, ni comida, ni gas ni combustible”, concluyó Mahir, refugiado que se encuentra en Suleimanyah desde comienzos de este mes de agosto.