Esta propuesta de Sánchez figura en el documento "Un nuevo pacto europeo por la competitividad, el trabajo y la cohesión social", que el líder socialista presentó este sábado en Santiago de Compostela. El jefe de la oposición quiere que el presidente Mariano Rajoy le entregue estas propuestas a Merkel, quien este domingo visitará Galicia y se verá con su homólogo español.

El plan elaborado por el PSOE incluye una serie de medidas para impulsar la economía en el ámbito comunitario, entre las que destacan un plan de crecimiento para pymes; una nueva política energética europea; la creación de un presupuesto europeo; o un plan de empleo para jóvenes.

MERCADO EUROPEO DE TRABAJO

El documento de los socialistas se refiere a la necesidad de establecer un verdadero plan de empleo juvenil que incluya la formación de los jóvenes europeos hasta los 30 años. Para ello planteó aumentar los recursos al Programa de Garantía Juvenil, así como crear un fondo específico para el desarrollo de políticas activas de empleo para los países de la UE que presenten una tasa de desempleo superior al 15%.

Precisamente el empleo, así como la estabilidad de precios, son los principales objetivos del documento presentado por el líder de la oposición, quien cree que también deben ser los fines a perseguir por el Banco Central Europeo (BCE). Así, las propuestas del PSOE incluyen la necesidad de un mayor impulso monetario por este organismo que incluya la compra de deuda pública y privada, además de un objetivo de inflación más elevado para la zona euro que posibilite un desendeudamiento más rápido y facilite el crecimiento del consumo.

El documento de los socialistas pide, también, un impulso al diálogo social y a la negociación colectiva, que permita la puesta en marcha de un mercado europeo de trabajo que incientive la movilidad laboral sin la pérdida de derechos laborales. Con este fin, el plan recoge la necesidad de permitir la portabilidad de cotizaciones y derechos de pensiones en toda la UE, además de evitar el dumping social y el abuso sobre trabajadores.

FUSIÓN DE PYMES

La reindustrialización de Europa es otra de las medidas clave para los socialistas, quienes demandan una nueva política energética, que tenga como eje fundamental el ahorro en las negociaciones con los suministradores de gas y la lucha contra el cambio climático. También debería incluir una política industrial y tecnológica, que contemple un programa de compras públicas; apoyo financiero a empresas exportadoras; e incentivos para las fusiones de pymes dentro de Europa.

Estas pequeñas y medianas empresas tendrían así una estretagia de crecimiento frente a la dificultad que tienen internacionalizarse. Otra propuesta del PSOE es promover la fusión de empresas de menor dimensión tanto en los propios países como entre estados miembros, además de apoyos a la internacionalización en terceros países.

El decálogo de los socialistas alude, asimismo, a la inversión en infraestructuras productivas, como los corredores ferroviarios y marítimos. Esto reforzaría la competitividad exterior de la economía europea a través de un programa que movilice 300.000 millones de euros en tres años con aportaciones del Banco Europeo de Inversiones y abierto a la aportación de otros fondos privados y soberanos.

FONDO EUROPEO DE DEUDA

El plan del PSOE destaca la necesidad de acabar con la fragmentación financiera en la zona euro, para lo que es conveniente eliminar las normas nacionales que dificultan la concesión de préstamos transfronterizos, lo que facilitaría el desarrollo de la unión bancaria y el establecimiento de un supervisor único europeo.

Asimismo, los socialistas reclaman un refuerzo de la política fiscal europea, que luche contra los paraísos fiscales y establezca un instrumento fiscal para el euro que actúe como estabilizador económico. También se apuesta por la creación de un Fondo Europeo de Amortización de Deuda, que emita, de forma temporal, deuda conjunta a corto plazo con el fin de rebajar los niveles de deuda hasta el 60% del PIB.

Finalmente, el líder socialista solicitó que el objetivo del BCE, así como de la Comisión Europea y de los estados miembros, sea la depreciación del euro para corregir su sobrevaloración e impulsar las exportaciones.