Los dos jóvenes explicaron ante la policía tras ser detenidos que el objetivo era colocar el artefacto explosivo en una subestación eléctrica de la capital pontevedresa, según explicaron fuentes jurídicas. La Audiencia Nacional les vincula con el movimiento independentista Resistencia Galega.

El mayor de edad, Óscar Sánchez Blanco, ingresó en prisión preventiva por orden del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, quien le tomó declaración. Por su parte, el detenido de 17 años fue internado en un centro de menores de régimen cerrado por orden del juez de menores de la Audiencia Nacional, José Luis de Castro.

Andreu imputó al mayor de edad un delito de transporte de artefacto incendiario en relación con un delito de terrorismo, pero sin acusarle de pertenencia a organización terrorista.

Fuentes de la Audiencia Nacional señalaron que Sánchez Blanco negó ante el juez Andreu todo lo que había declarado ante la policía. El independentista explicó en sede policial que él únicamente tenía encomendado el transporte de Vigo a Pontevedra del menor de edad, quien iba a encargarse de la colocación de la bomba casera.

Los dos jóvenes fueron detenidos en la madrugada del jueves en el kilómetro 125 de la carretera N-550, en la parroquia pontevedresa de Salcedo, a las afueras de la capital de la provincia.

Los presuntos independentistas se dirigían a Pontevedra a bordo de un vehículo Peugeot 207 y fueron arrestados por agentes de la Policía Nacional en el marco de un control preventivo establecido con motivo de la presidencia española de la Unión Europea.

Los agentes encontraron en el coche un artefacto explosivo de fabricación casera compuesto por una garrafa de cinco litros de gasolina, una docena de petardos, seis botellas de camping-gas y un cóctel molotov. También se incautaron de dos pasamontañas y una bandera independentista gallega.