Según informó en un comunicado la Asociación El Defensor del Paciente, el tornillo permaneció alojado dentro de la cara del joven desde el 28 de agosto de 2007 hasta el 5 de marzo de 2008.

El 28 de agosto de 2007, el doctor A.C.S. le colocó un implante a este joven, que le produjo una serie de problemas y malestar en las encías, que se hallaban inflamadas. Esto le obligó a regresar el 29 de noviembre de 2007 a la clínica, donde se le extrajo el implante y se le colocó uno nuevo.

Durante la intervención, el dentista echó de menos uno de los tornillos que había empleado en el primer implante, pero pensó que el joven lo había ingerido sin darse cuenta.

Finalmente, ante los dolores que sufría el paciente, fue examinado en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, donde detectaron la presencia del tornillo incrustado en el seno maxilar derecho, entre el ojo y la nariz, en un lugar muy delicado para la supervivencia del enfermo.