Los datos del estudio revelan que la mayoría de los ciudadanos prefieren el uso de la sanidad pública frente a la privada. Así consta en las distintas opciones analizadas: consultas de atención primaria (68,2%), consultas de atención especializada (52,9%), ingreso en hospital (63,5%) y urgencias (62,9%).

El 70,5% de los ciudadanos reconoce haber consultado en el último año al médico de atención primaria, el 45,6% al especialista, el 28,3% ha acudido a Urgencias y el 8,9% ha ingresado en un hospital. Más de ocho de cada diez personas manifiestan que la atención clínica que recibieron fue “muy buena o buena”.

Por su parte, el 79,5% de los usuarios que acudieron a urgencias asegura que se le atendió “bien o muy bien”, y un 66,7% señala también que fue atendido con rapidez.

A su vez, las personas que acudieron a una consulta de atención primaria valoran la cercanía de los centros; aquellos que acudieron a una consulta especializada, el número de especialidades al que tienen acceso; y quienes fueron a los hospitales, su equipamiento y tecnología.

Por otro lado, más del 61% de los encuestados conocen el sistema de receta electrónica, y el 40% lo han utilizado. El 76,3% opina que los medicamentos vendidos por Internet no son seguros. Sólo un 0,7%, la misma proporción que el año anterior, compró medicinas por Internet. Al mismo tiempo, el 88,7% de los ciudadanos asegura que la información sobre los medicamentos que toma la obtiene del médico, el 37,3%, del farmacéutico y el 12,4%, del enfermero, y sólo un 2% afirma que obtiene la información en la Red.

Por último, entre los elementos de mejora de la accesibilidad que ofrece el sistema sanitario público, los más conocidos y utilizados (60%) son la citación con el especialista desde los centros de salud y la realización de pruebas diagnósticas en dichos centros. Les siguen la cita con el médico de primaria por Internet, que es utilizada por el 28,4%, y la consulta telefónica con su médico de familia, utilizada por un 14%.