Este documento introduce elementos que permiten la transferencia de la capacidad de decisión y la responsabilización de los profesionales asistenciales en la gestión de los recursos utilizados en su ejercicio profesional, organizando y coordinando las actividades que se generan en torno a cada proceso.

El documento define la gestión clínica como “un modelo asistencial integrador, colaborativo y multidisciplinario que busca la mejora de la eficiencia y la calidad de la práctica clínica mediante la responsabilidad de los médicos en la gestión de los recursos utilizados en su ejercicio profesional, organizando y coordinando las actividades que se genera en torno a cada proceso asistencial”.

Además de esta definición, las principales características de las unidades de gestión clínica, los profesionales que se pueden involucrar en ella y los principios para su desarrollo en el Sistema Nacional de Salud, constituyen los principales puntos que configuran el documento.

Entre las características de las unidades de gestión clínica destacan su autonomía de gestión aunque sin gozar de personalidad jurídica propia, su configuración y dimensión variable, así como la homogeneización de asistencia y cuidados con la finalidad de prestar eficientemente servicios clínicos.

Del mismo modo, dispondrán de una dirección única, con un responsable y un órgano colegiado; se les asignará un presupuesto anual y recursos definidos; tendrán una organización y unas normas internas propias; estarán sometidas a una evaluación continua de sus resultados asistenciales y económicos; establecerán un contrato de gestión propio con el servicio de salud correspondiente; y su atención se focalizará en el paciente y la estructura de procesos.

Todos los profesionales del sistema sanitario pueden formar parte de este tipo de unidades. En el ejercicio de sus funciones deberán respetar los principios de funcionamiento de las mismas, entre las que se encuentran la lealtad a los principios del Sistema Nacional de Salud; la promoción de una atención integral centrada en el paciente; la asunción del compromiso de la autonomía de gestión; la disposición de un sistema de información eficiente; la garantía de la transparencia en su funcionamiento; la promoción de la innovación y la investigación; el fomento de la formación; la garantía de que las medidas de mejora de la eficiencia son cumplidas; y la disponibilidad de una financiación adecuada.