Los dos últimos ejemplares liberados fueron Kala y Kivu, el pasado sábado en Castellar de Santiago (Ciudad Real). De esta forma, ha finalizado la primera fase de reintroducción del lince ibérico en Castilla-La Mancha.

Kala y Kivu se unen a Kung-fu y Kiki, todos ellos criados en cautividad en el centro de cría de Silves (Portugal), y que fueron liberados el pasado 8 de julio también en Castellar de Santiago, ante la presencia de niños y adultos en una finca en plena Sierra Morena Oriental, gracias al proyecto Life Iberlince, que trabaja con el objetivo de lograr la recuperación de este felino emblemático en una parte del territorio que históricamente había ocupado la especie.

A ellos se unieron días atrás Kaplán, Kairós, Kiowa y Kenitra. Con la suelta de estos ocho ejemplares se da un paso más en conseguir el objetivo de aumentar la población actual de lince ibérico en la Península Ibérica y ampliar sus núcleos poblacionales más allá de los territorios tradicionales, que hasta ahora se encontraban en Doñana (Huelva) y Andújar-Cardeña (Jaén).

Kala, Kivu, Kung-fu, Kiki, Kaplan, Kairós, Kiowa y Kenitra ayudarán a consolidar Sierra Morena Oriental como área de expansión del lince en Castilla-La Mancha, hasta donde ya están llegando otros ejemplares de lince procedentes de la población de Andújar-Cardeña.

El proyecto Life Iberlince está liderado y coordinado por la Junta de Andalucía y cuenta con 19 socios, en tanto que en Castilla-La Mancha está gestionado por el Gobierno regional, Aproca (Asociación de Propietarios Rurales, Productores de Caza y Conservadores del Medio Natural), la empresa Fomecam y la organización ecologista WWF.