La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el Gobierno ha cumplido “en tiempo record” con el objetivo de terminar el primer ciclo de planificación hidrológica, que debía estar concluido a finales de 2009.

“Cuando llegamos al Gobierno sólo se había aprobado uno (el de las cuencas internas de Cataluña, luego anulado por los tribunales) y en dos años y medio hemos aprobado todos los demás, con gran participación y consenso”, añadió.

Sáenz de Santamaría recalcó que estos dos nuevos planes de cuenca prevén inversiones globales de todas las administraciones públicas afectadas de 10.260 millones de euros hasta 2027 (5.460 millones en el Júcar y 4.800 en el Segura).

El Plan Hidrológico del Segura define un régimen de caudales ecológicos basado en métodos eco-hidráulicos que contribuirán a mejorar el estado de las 85 masas de agua superficial naturales que define el plan, así como las 63 masas de agua subterránea.

Sáenz de Santamaría subrayó que este plan identifica siete grandes bloques de acción y planifica una serie de actuaciones en cada uno: el mantenimiento del valor económico, social y ambiental asociado a las superficies regables; la falta de garantía de los recursos hídricos, la sobreexplotación de los acuíferos, la calidad de las aguas subterráneas y superficiales, el mantenimiento de los caudales ambientales, el coste del agua desalinizada y la defensa contra las avenidas.

En cuanto al Plan Hidrológico del Júcar, establece por primera vez en esta cuenca regímenes de caudales ecológicos en un 12% de las masas de agua superficial, en especial en las que tienen un carácter más estratégico. Asimismo, cuantifica las necesidades hídricas del lago de La Albufera en 167 hectómetros cúbicos al año.

Identifica seis grandes bloques de acción y planifica también actuaciones en cada uno de ellos: los caudales ecológicos y los requerimientos ambientales, la restauración de ecosistemas, la calidad de las masas de agua, la atención de las demandas y la racionalidad del uso, los fenómenos extremos y el conocimiento y la gobernanza.

Además, el nuevo plan del Júcar crea el marco adecuado para solucionar algunos de los problemas de gestión de esta demarcación, como la regulación del sistema de abastecimiento a Albacete, el reconocimiento del Convenio de Alarcón o las reglas de explotación en el sistema Júcar.

OTROS PLANES HIDROLÓGICOS

Desde 2012, el Gobierno ha dado luz verde, en coordinación y colaboración con las comunidades autónomas y con los usuarios, todos los planes hidrológicos de competencia estatal: los de las demarcaciones del Júcar, Segura, Tajo, Ebro, Ceuta, Melilla, Duero, Cantábrico Occidental, Cantábrico Oriental, Guadiana, Guadalquivir y Miño-Sil.

Además, ha ratificado en Consejo de Ministros cinco planes más de competencia autonómica (Islas Baleares, Galicia-Costa, Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate y Cuencas Mediterráneas Andaluzas).

En paralelo a la conclusión del primer ciclo de planificación hidrológica, el Ministerio Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha iniciado ya el segundo ciclo de planificación, que concluirá en 2015, para acompasar así el ciclo de planificación de España con el del resto de los países miembros de la UE.

El plan hidrológico es el elemento básico de gestión de cada demarcación hidrográfica, tiene como objetivo principal conseguir el buen estado de las aguas y la adecuada protección del dominio público hidráulico y marca las pautas para atender las demandas de agua, respetando el equilibrio y la armonización del desarrollo regional y sectorial.

El Gobierno aseguró que los planes hidrológicos del Segura y del Júcar, aprobados este viernes, establecen un nuevo marco normativo en la gestión del agua en estas cuencas, que equilibra la satisfacción de los usos y demandas, actuales y futuras, con la protección y mejora del estado de todas sus masas de agua, tal y como contempla la Directiva Marco del Agua.