Responsables del organismo público y de Iberia señalaron que el tráfico de pasajeros en el aeropuerto barcelonés superó todas las previsiones y obligó a colocar en vuelos con vacantes y con destino a Madrid a personas cuyos billetes correspondían a otros aviones de la compañía contratada.

Aeropuertos Españoles afirmóque durante los juegos aumentaron sensiblemente las entradas y salidas por aire de pasajeros, hasta llegar a las 36.000 personas diarias. Estas cifras se han visto desbordas en el "día después" de los Juegos.

Respecto al número de vuelos, habitualmente el aeropuerto de Barcelona atiende un movimiento de 350 aeronaves, que durante la olimpiada aumentó a unos 400, con un nivel de ocupación del 100 por cien.

Por su parte, responsables de Iberia consultados por esta agencia indicaron que cada compañí ha hecho lo posible por paliar los efectos de la salida masiva de turistas desde la Ciudad Condal.

Para atender el volumen de demanda que ya empezó a detectarse en las horas siguientes a la clausura de los Juegos, Iberia habilitó un 20 por cien más de vuelos desde la Ciudad Condal a Madrid y otras ciudades de España y del mundo.

Según la dirección de la compañía, al día siguiente de los Juegos se habilitaron casi 100 vuelos especiales del puente aéreo, para dar salida a la demanda en el aeropuero bercelonés con destino a Madrid, así como vuelos especiales a Palma de Mallorca y Sevilla.

Por lo que respecta al tren, fuentes de Renfe señalaron que no se detectó un volumen especial de pasajeros con destinos de largo recorrido en la estación de Barcelona, a pesar de haber dispuesto medidas especiales, fundamentalmente en los trenes de cercanías que van al aeropuerto y en la línea de Vilanova, que conecta la ciudad con la costa.