Según una sentencia hecha pública hoy, Jesús Vicente Moya Quiroga, auxiliar de Clasificación y Reparto de Correos, era el encargado de efectuar la venta y liquidación de los efectos de franqueo que se realizaban con una máqina expendedora de la sucursal en la que trabajaba, en Barcelona.

La resolución relata que el funcionario de correos, con intención de beneficarse económicamente, manipuló la máquina para que el contador no reflejara la numeración correspondiente al total de los franquos efectuados y cobrados. Así, entre mayo de 1991 y abril de 1993 logró hacerse con 13.431.250 pesetas.

La Audiencia Provincial de Barcelona consideró que los hechos relatados eran constitutivos de un delito de malversación de caudaes públicos, por lo que condenó al funcionario de correos a cuatro años de prisión y a diez de inhabilitación absoluta, fallo ratificado ahora por el Tribunal Supremo.

El Supremo argumenta que el funcionario era el único que podía utilizar la máquina de franqueo, y que ésta podía ser manipulada "a voluntad de quien la utilizara", según los informes periciales. Asimismo, el Alto Tribunal destaca que "funcionando normalmente" la expendedora "recaudaba siempre una cantidad notoriamente superior a cuando a utilizaba el acusado".