Según la sentencia, los magistrados consideran probado que sobre las 22 horas del 10 de noviembre de 2001, un grupo de seis o siete personas, entre las que se encontraba David Rojas Ledesma, cubiertos todos ellos con pasamontañas, acudieron a la localidad de Pasajes-Antxo (Guipúzcoa) con la intención de realizar actos destinados a protestar por la detención en Francia del presunto integrante de ETA Ignacio Tellechea Goñi.

Iban armados con artefactos incendiarios de iniciación química (cócteles molotov). Además, David Rojas Ledesma portaba una maza de hierro con mango de madera.

Así, se dirigieron a la estación de Euskotrenbideak y conminaron a la empleada encargada de la expedición de billetes para que abandonara su puesto de trabajo.

Entonces, procedieron a romper las lunas que protegen el mostrador de venta de billetes (dos cristaleras de tres metros de ancho por uno de alto), tras lo cual lanzaron, al menos, seis cócteles molotov. Los daños ocasionados ascendieron a un total de 112.656,40 euros.

A consecuencia de la rotura de cristales, David Rojas Ledesma sufrió un corte en la muñeca derecha, que le sangraba dejando un rastro de sangre en su huida desde la estación de tren hasta el bar Kamio, en donde le proporcionaron un trapo de cocina para taparse la herida.

Desde allí, se llamó al servicio de emergencias, de modo que acudió al lugar una ambulancia que recogió al joven en las proximidades del citado establecimiento.

RASTRO

En su huida, David Rojas arrojó diversas prendas, como una chaqueta de lana, los guantes de látex que portaba para ocultar sus huellas dactilares, todo eso manchado de sangre, y un pasamontañas.

En el momento de su detención, David Rojas vestía, entre otras cosas, una camiseta blanca de manga corta con manchas de sangre.

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito de terrorismo en relación con un delito de daños. Además, consideran que David Rojas es responsable de dicho delito, por lo que le impone 4 años y 15 días de prisión.