Médicos Sin Fronteras apuntó que se trata de una epidemia sin precedentes en cuanto a la disposición geográfica, las personas infectadas y las víctimas mortales provocadas.

No en vano, este brote, declarado en Guinea el pasado 21 de marzo y que se extendió después a Sierra Leona y a Liberia, ha matado a 337 personas de un total de 528 casos sospechosos o confirmados en estos países, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De esta forma, este brote supera al mayor episodio mortal de epidemia de ébola registrado hasta ahora, que tuvo lugar en la República Democrática del Congo en 1976, cuando hubo 280 muertos de 318 casos, según datos de la OMS recogidos por Servimedia. La República Democrática del Congo registró el siguiente caso más mortal en 1995, con 254 fallecidos de 315 casos.

Para frenar la epidemia y ponerla bajo control, MSF consideró necesario “un despliegue masivo de recursos por parte de los gobiernos de África occidental y de las organizaciones de ayuda”, y alertó de que los equipos de esta organización médico-humanitaria han llegado “al límite” de su capacidad de respuesta.

MSF subrayó que enfermos de ébola han sido identificados en más de 60 lugares diferentes en Guinea, Sierra Leona y Liberia, lo que complica los esfuerzos para tratar a los pacientes y frenar el brote. “La epidemia está fuera de control”, afirmó Janssens, al tiempo que añadió que “existe un riesgo real de que se propague a otras áreas”.

Médicos Sin Fronteras aseguró que es la única organización humanitaria que está tratando a las personas afectadas por el virus del ébola en África occidental, una enfermedad que puede matar hasta a un 90% de los enfermos.

Desde la aparición del brote, el pasado mes de marzo, MSF ha tratado a unos 470 pacientes (215 de ellos, casos confirmados) en diferentes centros especializados implantados en la región, aunque reconoció que tiene dificultades para responder a los nuevos casos y focos.

“NO SOMOS CAPACES DE ENVIAR MÁS EQUIPOS”

“Hemos llegado al límite de nuestras capacidades. A pesar de los recursos humanos y de los trabajadores desplegados por la organización en los tres países afectados, ya no somos capaces de enviar más equipos a los nuevos lugares con casos”, agregó Janssens.

MSF explicó que es la primera vez que el ébola aparece en la región afectada y las comunidades locales están muy asustadas por la enfermedad y ven a los centros de salud con desconfianza. Mientras tanto, la falta de comprensión sobre cómo se propaga la enfermedad ha provocado que parte de la población continúe asistiendo a funerales en los que no se aplican las medias de control de infecciones.

“La OMS, los países afectados y los Estados fronterizos deben desplegar los recursos necesarios acordes a una epidemia de esta magnitud. En particular, el personal médico cualificado debe estar disponible y recibir la formación sobre cómo tratar el ébola", apuntó Janssens.

Además, el director de Operaciones de MSF remarcó que "deben intensificarse tanto el seguimiento de los contactos entre posibles pacientes sospechosos de padecer la enfermedad como las actividades de sensibilización entre la población". "El ébola ya no es un problema de salud pública que se limite a Guinea, está afectando a la totalidad de África occidental”, concluyó.