En declaraciones a Servimedia, denunció que “el Impuesto sobre el Valor Añadido castiga el consumo asociado a los niños, que aunque no tienen ingresos funcionan como impositores”, y hace recaer “una carga excesiva” sobre los padres. “Resulta además inconcevible que bienes básicos como los pañales mantengan un IVA como producto de lujo”, destacó.

Con todo, Sánchez se felicitó de que “la política fiscal se emplee por primera vez como instrumento de protección a las familias”, y destacó el aumento del mínimo vital familiar (que se deduce por miembro en cada hogar) y la bonificación adelantada de 1.200 euros para las familias numerosas como los principales avances de la reforma.

“No querría que esto se entendiese como un privilegio para las familias numerosas, sino como un avance para todos”, subrayó.

Finalmente, Sánchez reclamó medidas de “conciliación de la vida personal y laboral”, que también echó de menos en el anuncio de la reforma.

“Esperemos que el nuevo Plan de Apoyo a la familia sea ambicioso en este sentido, y que si está listo antes de diciembre pueda entrar en vigor a la vez que la nueva fiscalidad”, afirmó.