El Gobierno ensalza la “grandeza moral” de los agentes muertos en acto de servicio por defender España de “criminales despreciables”
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El Gobierno ensalzó hoy la “grandeza moral” de los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que murieron el año pasado en acto de servicio por preservar los derechos y libertades de los ciudadanos y defender España de “criminales despreciables” como los terroristas que asesinaron a tres de ellos.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por los ministros del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Defensa, Carme Chacón, presidió el acto de homenaje a los agentes fallecidos en acto de servicio, que se instauró por acuerdo del Consejo de Ministros el 30 de noviembre de 2007.
Ante otros miembros del Gobierno, los presidentes del Congreso de los Diputados, del Senado, del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, y personalidades políticas, como el presidente del PP, Mariano Rajoy, Rodríguez Zapatero entregó un documento acreditativo a las familias de los siete guardias civiles y los dos policías nacionales homenajeados en este acto.
Entre ellos, tres asesinados por ETA, los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva, y el policía nacional Eduardo Antonio Puelles.
GRANDEZA MORAL
El ministro del Interior elogió la “grandeza moral” de esos agentes que trabajaron por una sociedad mejor hasta dar su vida por ello, y la contrapuso a los “criminales despreciables que esconden su bajeza moral bajo presuntos ideales”.
Pérez Rubalcaba parafraseó a Cicerón para subrayar que en las dificultades y en las horas de peligro “es cuando la patria reconoce el justo valor de sus hijos”.
Rodríguez Zapatero reconoció que este tipo de actos no son fáciles para las familias, porque hacen evidente la ausencia de sus seres queridos, pero resaltó que es justo rendir homenaje en nombre de los ciudadanos a quienes son vitales para la convivencia democrática, para el disfrute efectivo de los derechos, para la tranquilidad y el bienestar de todos.
Argumentó que es además una “obligación” de la sociedad “alzar sobre un pedestal de virtud cívica” a quienes velan por la seguridad y la libertad de los demás, y dejar claro ante sus propios compañeros que esa libertad “no sería posible sin ellos”, sin la eficacia que han demostrado de nuevo estos días con la detención de varios presuntos terroristas.
Si en una democracia las fuerzas de seguridad son siempre imprescindibles, las españolas son además “admirables”, aseguró el presidente, y sólo queda el consuelo de saber que la sociedad tendrá siempre “un lugar” para los fallecidos en cumplimiento de su labor. “Descansen en paz y en lo mejor de nuestra memoria”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
12 Ene 2010
CLC/caa