Más de 1.500 millones de personas viven en tierras en riesgo de desertificación

- La ONU prevé que 60 millones de inmigrantes llegarán a Europa y África del norte en 2020

- Hoy se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

MADRID
SERVIMEDIA

Más de 1.500 millones de personas de todo el mundo, en su mayoría pequeños agricultores, subsisten en tierras que se están en proceso de degradación y el 42% de los habitantes más pobres del planeta sobreviven en zonas ya degradadas, que convierte a éstas en los lugares más inseguros del mundo.

Así lo destaca el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un mensaje con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra hoy.

En el mensaje, recogido por Servimedia, Ban asegura que “si bien la degradación de la tierra se siente de forma aguda en la tierras áridas del mundo, aproximadamente el 80% de la degradación se produce en realidad fuera de esas zonas”.

El secretario general de la ONU subraya que la degradación de la tierra, causada o exacerbada por el cambio climático, ”no sólo supone un peligro para los medios de vida, sino también una amenaza para la paz y la estabilidad”.

“Los signos de advertencia se observan en el conflicto entre pastores y agricultores de subsistencia, que compiten por tierras más productivas, y en la lucha entre comunidades por unos recursos hídricos cada vez más escasos. Vemos los síntomas de inseguridad en la volatilidad de los mercados mundiales de alimentos, los desplazamientos internos y las migraciones en masa”, añade.

Ban comenta que, en muchas regiones, “los recursos de agua dulce están disminuyendo, las zonas donde se cultivan alimentos están cambiando y el rendimiento de los cultivos está decayendo”.

ÉXODO EN 2020

Añade que las condiciones climáticas imprevisibles y extremas tendrán un efecto aún mayor sobre la producción mundial de alimentos, puesto que la población del planeta va en aumento. ”Necesitamos administrar la tierra de manera sostenible, evitar que siga degradándose, recuperar la que ha sido dañada y reparar los daños. Más de 2.000 millones de hectáreas de tierra pueden ser recuperadas y rehabilitadas. Necesitamos estimular la adopción de medidas que conduzcan a la recuperación de esas zonas”, apostilla.

El secretario general de Naciones Unidas está convencido de que la recuperación de la tierra que se está degradando tendrá múltiples beneficios. “Podemos evitar los peores efectos del cambio climático, producir más alimentos y mitigar la competencia por los recursos. Podemos preservar los servicios vitales de los ecosistemas, como la retención de agua, que nos protege de las inundaciones y las sequías. Además, un enfoque integral a gran escala de la recuperación de la tierra puede crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades de negocio y de medios de subsistencia, permitiendo a las poblaciones no solo sobrevivir sino prosperar”, indica.

La ONU asegura que los efectos del sufrimiento de las personas que viven en regiones inseguras por la desertificación repercuten en todo el mundo, puesto que se calcula que unos 60 millones de personas emigrarán en 2020 desde las zonas desertificadas del África subsahariana hacia África del norte y Europa.

(SERVIMEDIA)
17 Jun 2014
MGR/caa