En los pasillos del Congreso, Esteban explicó que su grupo esperará a comprobar “el coraje político” que demuestra el aún Príncipe de Asturias para responder a las demandas de las distintas nacionalidades del Estado antes de valorar su “utilidad”.

Dado que la ley se limitará a tomar nota de la abdicación del Rey, el PNV entiende que votar en contra equivaldría a rechazar esa abdicación y pedir al monarca que continúe al frente de la Corona.

Tampoco contempla votar a favor porque el PNV es un partido “republicano” que en su día no se opuso directamente a la Monarquía al entender que podría tener “un sentido, un valor, una utilidad”.

A día de hoy “esa utilidad no existe”, y lo que el PNV reclama al que, previsiblemente, será nuevo Rey, es “que se moje”, que no se limite a hacer “lo que me digan” sino que demuestre “capacidad y coraje político”.

El PNV quiere saber por boca del nuevo Rey si está dispuesto a desempeñar ese papel porque, de lo contrario, sería “muy poco útil” y carecería de sentido primarla sobre un sistema “mucho más propio del siglo XXI” como es la República.

La posición del PNV parte del hecho de que el nacionalismo vasco “quedó excluido” del consenso en la transición y, por tanto, la mayoría de los vascos no respaldaron la Constitución. Pasadas unas décadas, explicó, esa falta de “integración del problema vasco es aún más evidente”.

Esteban precisó además que en su grupo “no nos asusta” la posibilidad de convocar un referéndum sobre el modelo de Estado porque respalda el derecho de los ciudadanos a decidir, en cualquier ámbito, como lo apoyan en Euskadi o en Cataluña.