Bono se expresó en estos términos, en declaraciones a los periodistas en los pasillos de la Cámara Baja, en pleno debate sucesorio en el PSOE después de que el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciara este lunes un congreso extraordinario en julio por el resultado electoral de los comicios europeos.

“Tenemos que elegir las personas que mejor nos puedan conducir a la victoria. No se trata de un pase de modelos para elegir a quien pueda tener mejor discurso en un momento o en otro. En un partido ha de valorarse, y mucho, quién puede conducirnos a la victoria”, afirmó sin querer entrar a mostrar su preferencia por uno u otro posible candidato socialista.

Bono reconoció, después de que hoy el secretario general del PSOE en la Cámara, Eduardo Madina. y el diputado Pedro Sánchez pidieran el voto directo de los militantes en el congreso de julio, que “es menos importante el procedimiento que el resultado”.

Con todo, lanzó más consignas a los suyos al asegurar que no se puede “convertir al PSOE en una jaula de grillos y de peleas entre personas” y asegurar que "es la hora de la reflexión generosa y altruista" después de los "preocupantes" resultados electorales del domingo.

Advirtió de que los socialistas no pueden "entrar en discusiones palaciegas para que gane fulano o mengano” porque aunque sea “legítimo”, no sería bueno que "la ciudadanía perciba que interesan más los poderes o los repartos de poder interno, que la oferta solidaria y arriesgada”.

En este sentido, el también exministro socialista insistió en que “el PSOE hoy tiene que arriesgarse y hacer una oferta arriesgada a la sociedad, en beneficio de los que más lo necesitan y teniendo en consideración los grandes problemas que el país tiene”.

Bono insistió en que ganar las elecciones en el PSOE es “muy importante” e interpeló a los periodistas con una pregunta: “¿Se imagina a un obispo que no crea en Dios? Elegir a alguien que nos lleve a la derrota sería como un obispo que no cree en Dios”.

El dirigente socialista apeló al PSOE, además, a ser "meridianamente claro" en los asuntos que son "esenciales" y hablar "con claridad aun a riesgo de equivocarnos”, como ocurre con la secesión de Cataluña.

“El PSOE tiene que pronunciarse con la fortaleza de que gobernando nosotros o con nuestro apoyo para el que gobierne no se producirá el espectáculo que significaría de bancarrota para España y para Cataluña un planteamiento de secesión”, afirmó.