En este sentido, los presidentes de las organizaciones empresariales instaron a los representantes en el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo a “centrar la política de la UE en los grandes problemas mundiales y poner fin a interferencias innecesarias en la vida cotidiana de los ciudadanos”.

Por esta razón, exigen a los gobiernos nacionales y a las instituciones comunitarias que den pasos decisivos para “construir una Unión Europea fuerte y competitiva a nivel mundial”.

Asimismo, añaden que “ya no es tiempo de utilizar a Europa como un chivo expiatorio fácil, asumiendo toda la culpa de las dificultades económicas y los miedos colectivos respecto al futuro” e insisten en la necesidad de apostar por la integración de la UE.