La comisión ha elaborado esta guía porque cree preciso “paliar la presencia de niños desprotegidos en los medios”, que “se ha agudizado con el auge de la sociedad de la información y la comunicación por las nuevas posibilidades que ofrece Internet”.

“Con demasiada frecuencia, cuando hay sucesos en los que están implicados menores –sean víctimas, autores o testigos-, algunos medios invocan a la audiencia, la repercusión, la necesidad de patrocinio o incluso la libertad de expresión para hacer caso omiso de las normas legales y del propio código deontológico de la profesión periodística”, señalan los autores.

La comisión subraya la necesidad de que el periodista calibre bien cómo puede afectar al menor la difusión de una noticia, no sólo en términos inmediatos de riego o consecuencias adversas (violencia, maltrato o represalias), sino teniendo en cuenta si da a conocer públicamente situaciones personales o familiares desdichadas que pueden condicionar el futor del menor.

El periodista se abstenga de divulgar los datos que atenten contra los derechos de los menores aunque estén ya publicados por otro medio, y las noticias en las que aparezcan menores en conductas sociales negativas (violencia, consumos de riesgo o delincuencia) deberán evitar “las generalizaciones negativas sobre la infancia o la adolescencia”.

La comisión aconsejan a los medios que rechacen la utilización de los menores para obtener beneficios empresariales o para aumentar la audiencia “incluso aunque la fuente de información sea la propia familia del menor”.

HIJOS DE FAMOSOS

En lo que se refiere a hijos de famosos, “evitarán la intromisión en la intimidad de los niños y en el caso de que sean los propios padres quienes permitan el acceso a la misma, se procurará no establecer juicios de valor ni expresiones despectivas o denigrantes hacia los menores”.

Cuando se informe sobre menores inmersos en procesos penales, la comisión promovida por la FAPE remarca que “debe garantizarse el anonimato del menor, la total ocultación desu imagen y la eliminación de cualquier dato que, directa o indirectamente, permita su identificación”.

“La información relacionada con menores delincuentes respetará escrupulosamente la presunción de inocencia”, añaden los autores, y “se evitará la utiliación de imágenes abiertas de menores para ilustrar temas relacionados con los comportamientos antisociales o ilegales”.

Al abordarse el posible uso de imágenes especialmente impactantes, la protección deberá hacerse extensiva a los menores de otros países, “cuya imagen es frecuente en el tratamiento de las noticias sobre catástrofes humanitarias”.

Ante la realidad de los niños como emisores de mensajes en Internet y las redes sociales, el periodista “extremará las precauciones cuando utilice la información aportada por los propios menores, puesto que esos contenidos siguen estando sujetos a los requisitos de protección y respeto a los derechos del menor”.