"El aumento de amenazas y ataques a las operaciones humanitarias, así como la imposición de una serie de exigencias inaceptables de los grupos armados, han hecho prácticamente imposible que el PMA pueda seguir ayudando a un millón de personas necesitadas en el sur de Somalia", afirmó esta agencia de la ONU en un comunicado.

El PMA se muestra "profundamente preocupado por el aumento del hambre y el sufrimiento de los más vulnerables debido a estos ataques sin precedentes e inhumanos en operaciones puramente humanitarias".

Afirma que sus oficinas en Wajid, Buale, Garbahare, Afmadow, Jilib y Belet Weyne, en el sur de Somalia, se encuentran temporalmente cerradas, y los suministros de alimentos y su personal se han trasladado a zonas más seguras para garantizar que la ayuda alimentaria llegue a "tantas personas vulnerables como sea posible".

Según el PMA, "los recientes ataques, amenazas, acoso y las demandas de los pagos por los grupos armados" han diezmado su labor humanitaria y han hecho "prácticamente imposible" ayudar a un millón de mujeres, niños y otras personas sin recursos.

No obstante, este organismo de la ONU señaló que continúa trabajando en la distribución de alimentos en el resto de Somalia, incluida la capital, Mogadiscio, donde asiste a cerca de 1,8 millones de personas.