Este organismo de Naciones Unidas hizo público un documento con testimonios detallados de víctimas y testigos de tortura y los malos tratos en los centros de detención, recogidos a través de entrevistas realizadas a personas que han estado un tiempo en estos lugares durante el actual conflicto en Siria, que cumple ya más de tres años.

"Al llegar a un centro de detención, los detenidos son golpeados y humillados durante varias horas por los guardias en lo que se conoce como ‘fiesta de recepción’", señala el documento, que cita relatos de torturas y malos tratos cometidos por miembros del aparato de seguridad del Gobierno.

La investigación de la ONU recalca que “hombres, mujeres y niños son recogidos de forma rutinaria en la calle, sus hogares y lugares de trabajo, o detenidos en puestos de control gubernamentales”, y que la mayoría de estas personas son “activistas, como estudiantes, así como abogados, personal médico y trabajadores humanitarios, y algunos pasan por el lugar equivocado y en el momento equivocado”.

Por ejemplo, un universitario de 30 años describe que en un centro de inteligencia de la Fuerza Aérea en Hama fue golpeado, le quemaron los pies y le arrancaron las uñas con tenazas, además de ser interrogado cada día durante más de un mes.

Un hombre y una mujer narran en el documento la violencia sexual cometida contra ellos y una joven de 26 años afirma que se sometió a largas sesiones nocturnas de interrogatorios, durante los cuales fue golpeada con cables eléctricos y le sacaron los dientes, además de ser violada junto a otra mujer.

El informe de la ONU también alude a los casos de personas que han muerto en centros de detención, en circunstancias que hace sugerir que la causa del fallecimiento fue la tortura. "De vez en cuando, se pide a las familias que firmen documentos que indican que su pariente fue asesinado por grupos armados de oposición, y para enterrar el cuerpo de inmediato y discretamente", añade.

“CRIMEN DE GUERRA”

Por otro lado, la ONU señala que la tortura cometida por grupos armados de la oposición están en aumento desde el año pasado, especialmente en Al Raqqa, al norte de Siria, a pesar de que es difícil reunir documentación de denuncias porque estos colectivos están en constante cambio en sus estructuras de poder y las zonas que tiene bajo su control.

Sin embargo, los testimonios recogidos de las víctimas por parte de Naciones Unidas sugieren que las personas con mayor riesgo de ser detenidas y torturadas a manos de grupos armados de la oposición son activistas que intentaban documentar violaciones de derechos humanos e individuos percibidos como favorables al Gobierno o afiliados con otros grupos armados de oposición.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, subrayó que el derecho internacional prohíbe inequívocamente el uso de la tortura, en todo momento y bajo cualquier circunstancia, y señaló que la tortura es “un crimen de guerra” en los conflictos armados “cuando se utiliza de manera sistemática o generalizada, que es casi seguro el caso de Siria”, además de ser un crimen de lesa humanidad.

"Nuestros resultados confirman que la tortura se utiliza de forma rutinaria en los centros de detención del Gobierno de Siria y que la tortura también es utilizada por algunos grupos armados. A mi Oficina también le constan las graves denuncias de tortura y malos tratos a los niños en Siria", apostilló.

Por último, Pillay instó al Gobierno y los grupos armados de oposición en Siria a que detengan “inmediatamente” el uso de la tortura y los malos tratos, y que liberen a todos los que han sido detenidos de forma arbitraria, en condiciones que violan “claramente” las normas internacionales de derechos humanos. “Los detenidos deben ser tratados con humanidad", concluyó.