El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, se interesó en el Pleno ordinario de marzo por el futuro de esta nave situada en el distrito de Villaverde y que hace 10 años se vendió como “la Catedral de las Nuevas Tecnologías”, preguntando si el Gobierno municipal tenía algún plan al respecto.

Botella recordó que el proyecto se inició en un momento económico muy distinto del actual, pero aseguró que el edificio está ya en la fase final de rehabilitación y que trabajará para “poner en valor esa gran nave”.

Lissavetzky acusó a la alcaldesa de no creer en la innovación, y por eso no considerar la nave Boetticher una prioridad, cuando para Villaverde “sería fundamental ponerlo en funcionamiento”. En esta línea, le reprochó también que los 21 centros tecnológicos de distrito estén cerrados y que Madrid tenga un porcentaje menor de empresas tecnológica que la media de España y esté bajando en los ránking internacionales.

Botella negó que no le importe la innovación, puesto que “la revolución tecnológica es lo más importante que ha pasado en el mundo”, y como pruebas esgrimió la tramitación tecnológica de expedientes municipales; la reforma del SER, teniendo en cuenta la contaminación del coche y la zona, el tratamiento de basuras y los túneles de la M-30. Además, señaló que la nave Boetticher se construyó al amparo del Plan Avanza del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se estimaba que se crearía empleo.